Una mujer de apellido García fue condenada a 24 meses de prisión por desobediencia a la autoridad y al pago de ¢10 millones por daño moral, al incumplir el régimen de visitas que tenía su exesposo Jorge Cutie, para ver a sus hijos.
Durante año y medio la mujer impidió que los abuelos de los niños se los pudieran llevar a su padre cada 15 días. Como estaban amparados por la ley registraron la desobediencia mediante notario y oficiales de la Policía, lo que les sirvió de prueba para demostrarlo.
Pese a que desde hace tres años ya puede ver a sus hijos, don Jorge continuó con el proceso legal para sentar un precedente, pues sabe que son muchísimos padres y madres los que viven esta misma lucha y sufren al no poder ver a sus pequeños.
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"Yo pedí la pena menor, porque mi propósito jamás es que la madre de mis hijos vaya a la cárcel, eso sería trasladar el dolor de mis hijos a la ausencia de ella y jamás voy a hacer eso. Pero sí que se le sentencie por el delito que cometió. Ni voy a cobrar la indemnización, pero es muy importante que se diera la sentencia por daño moral, porque demuestra que, efectivamente, hay un sufrimiento tanto de los hijos como de los padres", explicó Cutie.
El objetivo de este padre es que otras víctimas no se rindan y vean que hay una esperanza, pues el camino es largo y costoso, porque requiere de contratar abogados que acompañen la lucha por varios años.
"No solo son los padres separados de sus hijos los que sufren, para estas épocas en las reuniones familiares yo recuerdo a mi madre llorando, porque mis niños no podían estar ahí presentes", recordó don Jorge.
Explicó que son periodos muy largos en los que no se puede ver a los chiquitos, y lo más duro es que existe cero comunicación con ellos.
"Si usted sabe que no va a poder verlos tres meses, un año, pero al menos puede verlo por videollamada, la ausencia se hace menos pesada, pero no es así, les impiden incluso que el padre los vaya a ver a la escuela o en cualquier otro lugar", se lamentó.
"Mi hija ya no quiere verme"
El caso de don Adolfo, un español radicado en nuestro país, es aún más grave. Asegura que su hija de 15 años ya no quiere verlo por todo lo que su madre le ha dicho desde febrero del 2016, fecha desde la que están separados.
"Ella me denunció falsamente por violencia doméstica, lo cual ya se demostró que no era real y se le condenó a pagar las costas, porque se vio que el único objetivo que buscaba con esa denuncia era impedirme acercarme a mi hija. Estas épocas son muy tristes por ello", contó don Adolfo.
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Lo más curioso es que tienen dos hijos juntos, pero sí le permite ver al menor, de 12 años, y departir con él, pero no a su hija.
"Sentencias como esta son una puerta que se abre para todos lo que vivimos esto", contó el europeo.
"Cuatro años sin verlos"
Doña Xiomara Cuadra, tiene cuatro años sin ver a sus hijos ni saber nada de ellos, porque su esposo se los llevó un día de la escuela sin su permiso y le impidió verlos.
"He cumplido con todos los requisitos que me puso el PANI, tengo el sobreseimiento de que soy inocente y aún así sigo sin verlos. Mi hijo tiene ya 15 años y mi niña 13", contó Cuadra.
Para ella, diciembre y la Navidad es una época muy triste, porque ellos son el motor de su vida, lo que la salva es que tiene otra hija de seis años a la que se aferra.
"Espero que con esta sentencia se toquen corazones y se haga justicia", sentenció la afligida madre.