Como muchas personas en el país y en el mundo, Catalina Alvarado perdió en la pandemia el trabajo.
La angustia que sintió al verse desempleada fue grande, pero no tanto como su espíritu de lucha y sus ganas de salir adelante.
Con los recursos que tenía a mano logró sostenerse y capacitarse en algo que siempre le había gustado: la peluquería canina, así fortaleció su pasión de chinear a las mascotas, la cual convirtió en su machete para salir adelante.
La pulseadora creó un negocio en el 2019 que se llama Maggy Place CR, que ofrece estética y tienda canina. Ella recuerda que en los inicios de su negocio sintió mucho temor porque sabía que sus productos no eran de primera necesidad, pero aún así le echó muchas ganas y ahora ve los frutos de su esfuerzo.
“Soy administradora de empresas hoteleras y con la pandemia el trabajo que tenía lo perdí, estaba como gerente de eventos en un hotel y esas cosas fueron las primeras que se suspendieron. En aquel momento vivía en la playa con mis perritos y me regresé a Coronado que es de dónde soy.
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“Busqué trabajo en lo mío aquí, fui a entrevistas, pero era muy mal pagado y realmente era como explotarme. Preferí agarrar el carro para trabajar transportando personas y con lo que gané en ese momento me pagué el curso de peluquería canina. La idea era llevar todo el negocio de la mano y vender ropa para los perritos, pero también hacerles cortes de pelo, cortarles las uñas, hasta guardería de perros tengo”, contó la valiente.
De pasatiempo a negocio
Catalina cuenta que en un principio tuvo dudas de si su negocio saldría adelante y que las ferias de emprendedores fueron la primera plataforma para empezar a vender.
“El proyecto lo inicié ya con todo en la pandemia, antes de eso lo tenía como un pasatiempo porque hacía ropa para vestir a mis perritos, era algo como para divertirme. Siempre me han gustado las manualidades y aprendí a coser muy joven, por eso empecé a hacer trajes a mis mascotas con pedazos de telas que me quedaban.
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“Recuerdo que a la primera feria fui con miedo porque soy consciente de que vestir un perro es un lujo, pensé que tal vez no iba a vender mucho y terminé vendiendo todo lo que llevaba, gracias a Dios. Creo que lo que le gustó a la gente es que mis productos son diferentes, en la mayoría de lugares que venden ropa para perros los diseños son iguales, pero en mi caso no, trato de hacer cosas diferentes, me gusta mucho diseñar, incluso adapto las formas de la ropa de humanos para los animalitos, gracias a Dios todo se fue dando y actualmente vivo de lo que gano con mi negocio”, manifestó Catalina.
La pulseadora sabe bien cómo llamar la atención de sus clientes porque muchas veces para las ferias hasta se disfraza.
“Lo hago como mercadeo, me hago un traje para mí y uno igual para mi perrita para llamar la atención de los clientes porque sé que no soy la única que voy a estar vendiendo productos para mascotas, es una forma de diferenciarme”.
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Catalina tiene seis perritos: Sammy, que tiene 12 años; Maggy, que tiene 10 y que es la “dueña” de la empresa porque lleva su nombre, ella es toda una celebridad porque hace poco ganó el reinado de las fiestas patronales de Coronado. También están Nicolás, de siete años; Molly de año y medio, Koky, que tiene 10 años y Luna de tres.
Ella cuenta que sus mascotas son parte fundamental del negocio porque son sus modelos y los que dan el visto bueno a los trajes, ya que cuando tiene un diseño nuevo se los pone para ver si se sienten cómodos por él, de lo contrario va modificando las prendas hasta sentirse satisfecha con el resultado.
Cualquier diseño
La empresaria cuenta que ella hace cualquier diseño en ropita perruna que el cliente le pida.
En cuanto a las tallas ella maneja una tabla con las medidas promedio de los perritos según la raza, pero cuando se trata de un zaguatico si es necesario que el dueño mande las medidas según el tutorial que Catalina les envía.
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“Yo hago lo que al cliente se le ocurra: vestidos de baño, trajes enteros, trajes para bodas, de novia, hasta un traje de primera comunión me pidieron para una perrita. Me han pedido trajes típicos, navideños, disfraces, también pasa mucho que me mandan la foto de un vestido que tiene la dueña de una perrita para que el haga uno lo más parecido posible.
“Ahora para el 15 de setiembre vendí muchos trajes típicos y chonetes para perritos, hasta me mandaron a pedir varios trajes típico para enviar a ticos que viven fuera del país y querían vestir sus mascotas alusivas al Día de la Independencia, envié a Estados Unidos, Alemania, México y Argentina.
La pulseadora asegura que las prendas que hace son de alta costura, siempre les pone forro y se asegura que se vean bien terminaditas, por eso tiene tanto pegue.
También destaca que los precios son muy accesibles, ya que van de de los ¢3.500 en adelante.
El negocio lo tiene en la casa, en San Rafael de Coronado, 300 metros este de la escuela pública. Si usted quiere contactar a Catalina puede escribirle al WhatsApp 6206-6137.