Álvaro Ariel Morales Salazar, el hombre que ingresó a la Asamblea Legislativa y armó un alboroto, se quitó la camisa, le gritó a los diputados y hasta amenazó a dos de ellos de muerte, tuvo un enorme cambio de actitud.
Este martes se tenía previsto que arrancara el juicio en su contra, pero al final este se mostró arrepentido por el arrebato que tuvo contra los legisladores y pidió conciliar, los diputados aceptaron.
Álvaro se disculpó públicamente por los hechos que cometió el 3 de julio del año pasado, cuando llegó al Congreso y se puso violento, tanto así que la Policía tuvo que sacarlo esposado.
“Quiero disculparme con los señores diputados Ariel Robles y Francisco Nicolás, y la señora Magaly Camacho, así como con mi familia y el pueblo de Costa Rica por lo que hice en la Asamblea Legislativa.
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“La forma en que decidí comunicar mi descontento fue irrespetuosa y me arrepiento por esto. Sigo sosteniendo posiciones distintas, pero entiendo que la violencia no es el camino. Les agradezco a todos la oportunidad”, dijo el imputado.
Tanto los diputados como Magaly aceptaron las disculpas, por lo que hubo una conciliación.
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Álvaro también aprovechó para disculparse por no haber llegado a la audiencia señalada para el pasado miércoles 15 de mayo.
“Fue un olvido involuntario, pero en ningún momento quise hacerlos perder su tiempo”, dijo el hombre.
Debido a que Morales faltó a ese compromiso judicial, fue declarado reo rebelde y arrestado por la Fuerza Pública. Un juez le dictó dos meses de prisión preventiva para evitar que volviera a evadir el proceso judicial, pero ya este martes, después de alcanzar el acuerdo, quedó en libertad.