Cuando se recibe el diagnóstico de cáncer de mamá, la paciente y sus familiares entran en un mundo lleno de temores y dudas, en el que no se puede dejar de lado la importancia de una buena alimentación durante el tratamiento que se requiere para esa enfermedad.
Eso, principalmente, por los efectos secundarios del tratamiento; principalmente, esas sesiones de quimioterapia y radioterapia que provocan tantas molestias y dificultades.
De acuerdo con el Centro Médico Münkel, los tratamientos para el cáncer de mama pueden generar efectos secundarios como náuseas, vómitos, diarrea, pérdida del apetito y fatiga.
Ante ese escenario, se recomiendan varias medidas que el paciente puede tomar para aliviar esos síntomas como, por ejemplo, comer pequeñas cantidades de comida, pero con frecuencia.
“Beber líquidos con regularidad. Evitar alimentos grasos, picantes o muy dulces. Consumir alimentos blandos como arroz, pasta o puré de patatas y consumir alimentos ricos en líquidos como sopas o batidos”, esas son parte de las sugerencias del Centro Médico Münkel en cuanto a buenas prácticas de alimentación.
Las terapias para tratar el cáncer de mama puede ser un proceso difícil y agotador, tanto para el cuerpo como para la mente, por eso los médicos insisten en que una alimentación adecuada ayuda a mantener la fuerza y la energía necesarias para afrontar el tratamiento y sus efectos secundarios.