“Hola, soy Edgar Mora, ministro de Educación y estoy a su servicio”, con esas palabras Mora caminó por los corredores del Colegio Técnico Profesional de Dos Cercas, visiblemente emocionado por la gran cantidad de carteles que promueven el respeto y la tolerancia.
La visita calzó con la celebración del Día Internacional contra la Homofobia, fecha que los estudiantes aprovecharon para hablar de sus experiencias personales y de lo que significa para ellos que su colegio tenga un programa que proteja a los estudiantes LGBTI del acoso escolar.
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Sean Miranda, el estudiante transgénero que llevó el pabellón nacional en el traspaso de poderes, fue uno de los estudiantes LGBTI que le dio la bienvenida al ministro y le explicó cómo él y otros alumnos se vieron inspirados en la historia de Anna Frank, para ya no tener que esconderse nunca más.
El "Diario de Ana Frank" cuenta la historia de una niña alemana de 13 años, que durante la Segunda Guerra Mundial pasó más de dos años escondida en una casa junto a su familia y cuatro personas más, porque los nazis los querían matar por el solo hecho de ser judios.
Los estudiantes cuentan con el apoyo de sus compañeros y los profesores, quienes le mostraron a Mora el orden y el cuidado de los estudiantes, que no rayan ni dañan los edificios y hasta alimentan al perro y al gato que viven en el cole.
Al terminar el paseo por las aulas, Miranda y un grupo de alumnos se sentó a conversar con el ministro sobre sus propias experiencias y cómo, sin ser gais, han luchado contra la discriminación por defender a sus compañeros.
Mora también contó la historia de una excompañera, a quien considera una "hermana", porque estuvo con ella desde el kínder y que tuvo que esperar hasta los 40 años para vivir libremente.
"Este radicalismo (durante la campaña electoral) hizo que ambos bandos (evangélicos y gais) salieran de las catacumbas donde estaban a ponerse a la vista de la sociedad", aseguró Mora, quien recalcó la importancia de la diversidad para armonizar la sociedad.
Los estudiantes aseguraron que ese modelo libre de discriminación los ayuda a sentirse más seguros, porque les permite quererse y aceptarse, sin vivir con la presión que los empuje a tomar decisiones con consecuencias negativas.
"Al aceptarnos vivimos con tranquilidad en la mente", aseguró una de las estudiantes.
"Toda la sociedad debería aspirar a ver con normalidad la vida de todos", aseguró el ministro a los presentes mientras escuchaba las historias de estudiantes gais y heterosexuales sobre la forma en la que percibieron los ataques que se dieron durante la campaña electoral y cómo se deben respetar los derechos de todos.