El Colegio Técnico Profesional de Hatillo recibió con los brazos abiertos y tremenda alegría a los poco más de cincuenta alumnos que entraron por primera vez a cuarto año este 17 de febrero, pero los portones que abrieron para que entraran a recibir clases son los de la iglesia María Reina del Universo de Hatillo 2.
En total la población estudiantil es de 155 alumnos y todos ellos “van a la iglesia” a diario, pero no porque sean muy religiosos, sino porque las aulas de catequesis e incluso la capilla de velación, que están al ladito de la iglesia, son de lunes a viernes aulas para que el Técnico de Hatillo imparta sus clases.
La institución como tal nació en el 2016, con la tremenda felicidad de que, al tener un terreno como de cinco hectáreas justo frente a donde está la iglesia católica que les abre las puertas, pronto tendrían sus instalaciones, pero pasó el 2016 y el 2017.
Llegó el 2018 y otra gran alegría, la primera graduación y, adivinen dónde fue el acto de graduación. En la propia iglesia, aprovechando las bancas y el espacio, eso sí, con el respeto absoluto al lugar donde se encontraban.
Gabriela Rojas Cambronero es la nueva directora, quien llegó este 2022 a sustituir a don Benlly Salazar Godínez, a quien le tocó el bejuco de echar a andar el Técnico de Hatillo de la nada, solo con la ayuda de la iglesia.
“Es un colegio técnico con gran calor humano, es pequeñito, pero con gran corazón. Aquí la atención al estudiante es casi que personalizada, el seguimiento es muy cercano, estamos muy pendientes de nuestros alumnos.
“Los profesores y los administrativos tienen una tremenda entrega por eso este técnico huele a familia. El gran sueño es poder tener algún día nuestras propias instalaciones, por supuesto, pero en el Ministerio de Educación no han podido asignar el presupuesto para la construcción”, explica doña Gabriela.
En el Técnico de Hatillo todo es pequeñito, las aulas, los talleres, pero todo tiene una mano amorosa porque se nota que le ponen empeño a las cosas. Cada aula tiene pupitres de diferentes colores, el comedor lo atienden doña Yorlin Calderón y doña Ruth Padilla con un cariño que se sale por los olores tan sabrosos en cada olla.
Sebastián Castellón, estudiante y vecino de La Aurora de Alajuelita, entró a cuarto año y nos dijo que siempre le encantó el Técnico de Hatillo por el ambiente y porque por todos lados se habla muy bien de la institución, por eso estaba muy feliz de haber logrado un campito.
En este cole se dan especialidades técnicas en desarrollo web, electromecánica, mantenimiento industrial, configuración y soporte a redes de comunicación y sistemas operativos, informática en desarrollo de software e informática en redes de computadoras.
Hicimos la consulta, a las 2:58 de la tarde, al Ministerio de Educación sobre este tema y al cierre de edición no nos habían respondido.