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El próximo 6 de febrero arranca el curso lectivo 2023 y más de un millón doscientos mil estudiantes volverán a las aulas de más de 5.500 escuelas y colegios.
Pasada la pandemia uno de los grandes retos de la educación tica es cómo sacarle más provecho a la tecnología, la cual ya demostró su poder para convertirse en la mano derecha de los profesores durante el proceso de enseñanza.
Las clases virtuales, tan lejanas que se veían antes del 2020, ahora son una gran realidad, así como los constantes avances en aparatos tecnológicos como celulares, computadoras y tabletas.
Estos avances y el cambio de mentalidad provocado por la pandemia, deben, necesariamente, significar una relación más estrecha y profunda entre nuestros niños, jóvenes, los educadores y la tecnología, según lo confirma Francisco Vargas, experto en Informática y vicepresidente del Colegio de Profesionales en Informática y Computación de Costa Rica.
“La tecnología, a partir de los años 70, comenzó a tener presencia en los procesos educativos nacionales. Hablo de la llegada de las calculadoras, porque antes de los años setenta no había uso de calculadoras en las aulas. Aprendimos a hacer cálculos más rápidos y mejores, eso mejoró el aprovechamiento del tiempo.
“Es un hecho comprobado que tecnología y educación deben ir avanzando de la mano, porque a mejor tecnología y aprovechamiento idóneo de esta, mayor crecimiento intelectual del estudiante. La tecnología es una herramienta fundamental en escuelas y colegios”, asegura don Francisco, quien también tiene una maestría en educación.
Para el caso de nuestro país, el experto reconoce que hubo dos momentos fundamentales que le permitieron a la tecnología meterse en las aulas: la llegada al país de Internet (este 2023 el país cumple 30 años), lo que permitió un acceso casi ilimitado a la información y un mayor aprendizaje de cómo hacer las cosas gracias a tantos datos.
La segunda es la llegada del teléfono celular de forma masiva (sobre todo a partir del 2007 que se abrió el mercado de la telefonía celular que antes solo estaba en manos del ICE), ya que le puso la tecnología en la mano a niños, jóvenes y adultos.
Conforme pasó el tiempo el teléfono celular, la computadora y, en los últimos tiempos, las tabletas, entre otros dispositivos, además de aplicaciones, se han vuelto el pan nuestro de la población. De ahí la importancia de usar esa tecnología en forma provechosa.
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“La forma ideal de aprovechar la tecnología actual es un gran reto para el educador, que debe modificar su forma de transmitir conocimiento para, de la mano con la tecnología, lograr el máximo aprovechamiento educativo.
“La pandemia nos puso a todos en jaque. Estudiantes, profesores y autoridades, fuimos urgidos a crecer, aprender y relacionarnos más con todo aparato tecnológico. El profesor tuvo la obligación de crecer y actualizarse para comprender cómo podía cambiar su forma de dar clases, en busca de dar esa lección tecnológicamente. La pandemia dejó atrás la pizarra verde y la tiza, y hasta la pizarra blanca y el pilot”, reconoce el informático.
Las autoridades de gobierno, asegura don Francisco, deben cambiar ya los modelos educativos para hacerlos caminar con la tecnología. “Necesitamos un modelo educativo que saque provecho de las herramientas tecnológicas.
“Está completamente comprobado que la tecnología dispara el interés e incrementa la capacidad de aprendizaje de niños y jóvenes. Los niños son esponjitas que todo lo absorben, aprenden rapidísimo, podría ser que hasta más rápido de lo que estamos enseñándoles en las aulas”, reconoce el también educador.
Daniel Jiménez, experto en tecnología de Tiendas Universal, nos cuenta que por estos días las listas de útiles van de la mano con algún apoyo tecnológico como memorias externas, teclados, audífonos, computadoras, entre otros.
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“Aquí en Universal atiendo desde niños que van para primer grado y, en verdad, saben bastante de tecnología, hasta colegiales que saben perfectamente qué necesitan para que su aprendizaje aumente con alguna ayuda tecnológica, como, por ejemplo, un escáner o impresora. La entrada a clases activa y mucho nuestro departamento tecnológico”, comentó.
El miembro del Colegio de Informáticos le pone el ojo al teléfono celular, pero no como enemigo distractor, sino como herramienta valiosa del crecimiento educativo.
“Hablo de tecnología más allá de WhatsApp y Facebook. Hay quienes aseguran que el celular es un gran distractor en las aulas. Yo digo que para cada educador está el reto de aprovechar esa atención que el niño y el joven ponen en el celular para, por ese medio, atraparlos con la clase que les toca dar. Hay que perderle el miedo a la tecnología y ponerla en la primera línea de la educación.
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“No se trata de hacerle la guerra al celular o la tableta, se trata de volverlas amigas para que por esos medios el estudiante mantenga su atención en las clases y transforme ese celular en un aparato solo para pasar el rato en una poderosa herramienta de aprendizaje. El reto es grande, por dicha hay cada día más y mejor tecnología para enfrentar ese reto”, concluye don Francisco.
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