Después de 67 días en la Asamblea Legislativa, los 14 diputados del partido Restauración Nacional (RN) han pasado de bronca en bronca, tanto adentro como afuera del plenario legislativo.
Reclamos de millones de colones que no pagaron en campaña y agarronazos entre sus diputados están a la orden del día, algo que para el politólogo Claudio Alpízar, es algo muy normal en un partido que “se preocupó por llenar campos y no por poner a gente capaz”, aseguró.
En mayo pasado la empresa Crescendo Mercadeo y Publicidad, representada por el cantante Luis Alonso Naranjo, denunció a RN porque no le deben ¢115,5 millones por el brete que le hizo a Fabricio Alvarado en la campaña, incluso, el tema llegó hasta el Tribunal Supremo de Elecciones.
También en mayo pasado el diputado Giovanni Gómez tuvo que presentar la renuncia a su inmunidad parlamentaria para ponerle el pecho a una causa penal en su contra porque presuntamente realizó una tala ilegal de árboles, por esto fue acusado penalmente por el Ministerio Público en enero del 2015.
“Es muy sencillo de explicar, Restauración era un partido que no tenía ninguna opción, pero aprovechó una coyuntura política y se encontró con una segunda ronda y de forma irresponsable nunca se preocupó por la calidad de las personas que los iba a representar.
“Es un partido casero sin ningún margen de organización que está dejando muy claro lo que ya sabíamos, que no tenían ninguna experiencia administrando el poder y que las figuras que irresponsablemente se designaron para la Asamblea Legislativa tampoco tienen ninguna experiencia administrando ese poder… es la crónica de un despelote anunciado”, afirmó Alpízar.
Bronca entre caciques
Entre el excandidato presidencial, Fabricio Alvarado y el propio presidente del partido, Carlos Avendaño, también se han dado broncas. Avendaño denunció públicamente que en RN existió una estructura paralela durante la campaña política para los gastos en el partido y de la cual él no tenía ni idea.
El Tribunal inició las investigaciones del caso por posibles anomalías financieras, ya que varios proveedores denunciaron deudas millonarias: Opol Consultores reclama ¢18 millones, Naranjo y su empresa ¢115, Juan Carlos Campos y One Sport aseguran que les deben unos ¢170 millones, por citar algunos ejemplos.
“El pecado original de Restauración Nacional es la ignoracia de quienes lo representan. Aquí lo grave es que esa ignorancia la está pagando el pueblo costarricense. Restauración en su único interés de llenar campos con religiosos, puso personas con un absoluto desconocimiento de la realidad política nacional, sin la capacidad, ni la experiencia que necesita un país con grandes retos como el nuestro, por eso, por ser un partido casero, tiene todos los problemas actuales”, afirmó el politólogo.
Esta semana hubo otra gran bronca entre diputados de RN, Floria Segreda denunció penalmente a su compañero de partido, Melvin Ángel Núñez, el martes pasado.
Segreda se fue, pero que echaba fuego para la Fiscalía General a denunciar a Núñez por amenazas a un funcionario público, mismas que se dieron mientras discutían por la integración de una comisión legislativa. Horas después ambos diputados aparecieron en un video devolviéndose los peluches, pero sin verse a la cara, así como quien no quiere la cosa, como cuando la suegra saluda a la nuera.
“En estos primeros 67 días Restauración Nacional ha sido ni fu ni fa en la Asamblea Legislativa y eso solo es el comienzo. Ahora sí se está demostrando lo que todos sabíamos que pasaría, la incapacidad de una agrupación por lograr tener personas realmente notables.
“El país no ocupa comisiones de notables, lo que ocupa es que los partidos como Restauración Nacional se preocupen por llevar notables a la Asamblea, algo que no pasó ya… ellos jamás se imaginaron que iban a llegar con tantos diputados, por eso nunca se preocuparon en la capacidad”, sentenció Alpízar, quien está convencido que las broncas seguirán siendo la gran sobra del en los próximos cuatro años.