A mucha gente se le para el pelo cuando se entera que 40 de cada 100 personas padecen diabetes y no lo saben.
Debido a esas cifras tan preocupantes y aprovechando que este sábado 14 de noviembre se celebra el día mundial de esta enfermedad, las autoridades de Salud hacen un llamado a la prevención por medio del ejercicio y una buena alimentación.
El problema con la diabetes es que los síntomas tardan años en aparecer, por eso muchas veces se dan diagnósticos tardíos y aparecen las complicaciones. Lo más rudo de padecer diabetes es que incrementa tres veces el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de falla renal, además, aumenta los riesgos de presentar complicaciones como ceguera, daños neurológicos y úlceras en los pies que podrían generar una infección y en caso extremo provocar una amputación.
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Existen dos tipo de diabetes, de tipo 1 que se caracteriza por una producción deficiente de insulina, sustancia que permite que el azúcar penetre en las células y se convierta en fuente de energía. Quienes la padecen requieren, la administración diaria de esta hormona.
También está la de tipo 2, que afecta la forma en la que el cuerpo procesa el azúcar en la sangre. Esto porque no produce o se vuelve resistente a la insulina. Este tipo representa la mayoría de los casos en el mundo y se debe en gran medida al sobrepeso y a la inactividad física.
Menos control
Debido al covid-19 millones de personas han interrumpido las rutinas diarias, lo que ha hecho que la enfermedad sea más difícil de manejar. Esto representa un riesgo doble, ya que el virus golpea con gran fuerza a los diabéticos.
Lamentablemente en los últimos meses menos personas acudieron a los centros de salud para hacer visitas de seguimiento, debido a las medidas de permanencia en el hogar por el coronavirus y las interrupciones en los servicios salud.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó a los países a garantizar de que la atención de la diabetes esté disponible para los pacientes durante la pandemia. Esto significa ofrecer atención fuera de los entornos tradicionales, divulgar información y facilitar el acceso a la insulina para quienes la necesitan.