El regreso a clases de este año ha sido bastante complicado porque los estudiantes han tenido que acostumbrarse a la nueva normalidad de recibir clases presenciales y virtuales, pero eso no es lo único que afecta a los niños y jóvenes, ya que cientos de ellos deben lidiar con el dolor de haber perdido algún ser querido a causa del covid-19.
María Alejandra y Maximiliano Mejías son dos hermanos de 15 y 10 años respectivamente y aunque tenían ilusión de volver a clases luego de pasar todo el año pasado en casa, el dolor de haber perdido a causa del covid-19 a su abuelo Arturo Enrique Mejías Rodríguez, de 59 años, y a su bisabuelo Víctor Julio Mejías Vargas, de 88, ha complicado las cosas.
Don Arturo falleció en el CEACO y su papá en el hospital México, murieron en setiembre pasado, los dos en la misma semana.
Carlos Mejías, papá de los menores, dice que la relación que ellos tenían con don Arturo y don Víctor era muy cercana y ellos visitaban su casa muy a menudo, por lo que ahora sienten un gran vacío.
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“Mis hijos me dicen que extrañan mucho a mi papá y a mi abuelo, ellos siempre andaban juntos y venían mucho a la casa. A veces Maximiliano está en la sala haciendo algo de la escuela y se queda ido viendo un retrato que tenemos de mi papá. Él dice que quiere hacer bien las cosas para que el abuelo siempre esté orgulloso.
“Él sueña con ser futbolista profesional, está en las ligas menores de Pérez Zeledón y mi papá siempre lo apoyaba, por eso dice que cuando vuelva a jugar y haga un gol se lo va a dedicar”, contó don Carlos.
Recuerdos
María Alejandra también tiene a don Arturo muy presente aunque ya físicamente él no esté. Tanto a ella como a su hermanito, el abuelo los fue a recoger un montón de veces a la escuela y al colegio.
“Nosotros vivimos en Narajito de Quepos y ella estudia en el colegio rural de Londres de Quepos, cerca de donde vivía mi papá, él era taxista y según cuenta María Alejandra él a veces pasaba por el colegio y le pitaba, también era común que después de clases ella fuera un rato a la casa de él y ahí compartía tanto con el abuelo como con el bisabuelo, ahora ella recuerda todo eso y le duele saber que ya no volverá a pasar”, dijo Carlos.
“Mi hija siempre ha sido una gran estudiante, muy aplicada, yo espero que el dolor de haber perdido a mi papá y a mi abuelo no la afecte en sus estudios este año, ni a mi hijo tampoco, porque todo lo que pasó nos cambió mucho la vida, cuesta aprender a vivir sin los seres queridos, sobre todo cuando se fueron de una forma tan inesperada”, agregó.
Temor y dolor presentes
María Ester Flores, sicóloga experta en temas de familia, dice que muchos de los estudiantes que han perdido seres queridos en los últimos meses viven con el miedo de pensar que en cualquier momento puedan perder a alguien más.
“Ellos sienten desconfianza, desmotivación, paranoia, angustia y hasta se deprimen, por eso es fundamental que tanto en casa como en el centro educativo les den apoyo y los ayuden a sobrellevar el duelo.
“Los papás deben hablar con los niños y explicarles que las personas que murieron ya están en un lugar mejor, pueden ponerlos a hacer un dibujo de la persona llegando al cielo, todo eso ayuda. En cuanto a los muchachos, pues sí debe ser una conversación más directa, siempre orientada en que está bien sentir dolor, pero que la vida debe continuar”, expresó.
La especialista dijo que es importante que los papás permitan a los menores expresar el dolor a su manera, ya que todos muestran sus emociones de formas diferentes.
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Orientación
En el Ministerio de Educación (MEP) también le ponen mucho cuidado al comportamiento de los niños y jóvenes y les dan orientación a quienes lo necesitan.
Alejandra Hall, sicóloga del departamento de Vida Estudiantil del MEP, dijo que han detectado que muchos estudiantes regresaron a las clases presenciales con mucha euforia, deseosos de volver a ver a sus compañeros y otros más bien llegaron llenos de temores, por eso deben darles acompañamiento.
“A esos estudiantes que perdieron algún familiar por la pandemia o vieron familiares graves por el covid-19, se les está siguiendo de cerca para ver cómo están viviendo el proceso y detectar señales para saber si necesitan un acompañamiento más directo”.
Melissa Alpízar, asesora nacional de Orientación, dijo que como las clases ahorita son presenciales y virtuales, las terapias estudiantiles se dan también de las dos maneras, incluso vía telefónica.
Las funcionarias dijeron que como parte del apoyo a los estudiantes, el MEP tiene habilitadas dos líneas telefónicas que atienden a personas que necesitan ayuda sicológica.
“Ahí atendemos tanto a estudiantes, como familiares de ellos y también docentes. El horario de atención es de lunes a viernes de ocho de la mañana a cinco de la tarde; dependiendo de cada caso la persona recibe entre tres y cinco cesiones para ayudarla a llevar de mejor manera la situación que la angustia”, explicó Alejandra.