Tras más de 400 horas de trabajo, la Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica (UCR) logró concluir de forma exitosa la elaboración de las primeras 500 tabletas piloto a base de favipiravir, un compuesto que podría ayudar a contrarrestar el covid-19.
El favipiravir es un fármaco antiviral japonés usado para el tratamiento de la influenza. En mayo del 2020, Rusia aprobó su versión genérica conocida como Avifavir, al encontrar evidencia de que contrarrestaba el virus SARS-CoV-2 en el organismo.
Aunque a nivel internacional se continúan realizando ensayos clínicos para determinar de forma concluyente la efectividad del compuesto, resultados preliminares de científicos rusos demuestran que el Avifavir brinda una respuesta antiviral rápida contra el coronavirus.
Actualmente, si bien se sigue a la espera de confirmación clínica adicional, ya países como Japón, Rusia, India y China utilizan este medicamento para ayudar a los pacientes a mitigar el avance de la enfermedad.
“La idea de nosotros en la UCR es generar el conocimiento para que Costa Rica pueda formular el medicamento en el territorio nacional, sin depender del extranjero. Con este proyecto de investigación lo que buscamos es hacer una transferencia de conocimiento para que una empresa farmacéutica con capacidad industrial pueda producirlo”, manifestó German Madrigal, director del Instituto de Investigaciones Farmacéuticas (Inifar-UCR).
Para el Dr. Madrigal, lo anterior es un aporte trascendental en medio de una pandemia que ha dificultado el acceso a diversas terapias.
Con esta investigación, Costa Rica no necesitará importar el medicamento, solo requiere traer un único “ingrediente” (el principio activo) para generar en suelo costarricense la formulación final.
¿Cómo se logró?
Cada tableta elaborada por los científicos de la UCR es de 250 mg.
Para lograr ese lote piloto, el primer paso de los farmacéuticos fue recopilar toda la información científica necesaria para justificar el uso del fármaco.
Posteriormente se elaboró la formulación y se definió el tipo de recubrimiento a emplear en las tabletas.
El segundo paso de los científicos fue generar un placebo (formulación sin potencial terapéutico) como guía para determinar las dimensiones de la tableta. Luego, se formuló un granulado, se comprimió para obtener las tabletas y, finalmente, se efectuó el recubrimiento.
Los estudios han demostrado una efectividad en la disminución del agravamiento de la enfermedad de un 30 %, un menor tiempo de residencia en hospital de un 35 % y, en algunos, se ha encontrado una menor mortalidad, dijo el doctor Madrigal.
¿Qué viene?
Ahora lo que sigue es la validación de la metodología y pruebas de control de calidad por el Laboratorio de Análisis y Asesoría Farmacéutica (Layafa-UCR). Este laboratorio tiene más de 15 años de contribuir con el Ministerio de Salud en la tarea de asegurar que los fármacos vendidos en el país cumplan con todos los criterios de calidad, seguridad y eficacia.