Cinco científicos de la Universidad de Costa Rica (UCR) descubrieron una nueva bacteria en nuestro país.
Esta es la primera vez que un laboratorio centroamericano realiza el hallazgo de un bicho "invisible" a nivel mundial, lo que demuestra la capacidad de los investigadores costarricenses.
"Candidatus rickettsia nicoyana" es el nombre que los nacionales proponen para la nueva bacteria, que aún debe cumplir muchos otros requisitos para que la oficialicen.
Los ticos se apuraron a publicar los estudios para que ningún otro grupo de investigadores se les fuera arriba y diera al traste con dos años de brete.
"El proyecto inició en el 2014 cuando nos planteamos analizar las bacterias del género Rickettsia que se encuentra en garrapatas de animales silvestres. Analizamos diferentes especies de ellas y hallamos algunas que ya habíamos visto desde hace años. Pero en este caso encontramos unas garrapatas (Ornithodoros knoxjonesi) de murciélagos, las analizamos y vimos que se trataba de una especie nueva", explicó Adriana Troyo, coordinadora del proyecto de investigación.
Según Troyo, que aparezca un bicho nuevo es poco común, pues no es algo que se dé todos los días, pero tampoco es extraño, pues no siempre salen investigadores a buscar bacterias en garrapatas de murciélagos de Nicoya, Guanacaste.
"Si todo el mundo estuviera buscándolas, ya seguro la habrían encontrado, pero es algo que hasta ahora hacemos en la región y es novedoso", agregó Troyo, quien cuenta con 17 años de trabajar en la UCR.
¿Cómo la encuentran?
El bichito microscópico llegó a ellos gracias a las garrapatas donadas por la doctora Eugenia Corrales, del laboratorio de Biología de la UCR.
Esa facultad se encontraba estudiando los murciélagos nicoyanos en busca de determinar si era posible que transmitieran el dengue y a uno de los que agarraron para estudio le encontraron las tres garrapatas que compartieron con sus colegas.
"Lo que uno hace al principio es romper la garrapata y sacar el ADN para buscar las bacterias de la misma familia y al compararlas con otras que teníamos vimos que eran distintas, por lo que empezamos a comprobar con segmentos más grandes obtenidos gracias al cultivo de la bacteria hecho por los colegas de biología", explicó Rolando Moreira, otro de los investigadores.
De hecho, dicho aislamiento también es un gran logro, pues son pocos los laboratorios que pueden lograrlo, incluidos los de países desarrollados.
"Acá en el Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales (CIET) contamos con el equipo y el personal capacitado para ello", indicó Adriana.
Cada paso dado por los científicos en el laboratorio debía ser registrado para compartir el estudio en una revista científica y el requisito para ello es que todo esté bien clarito a fin de que cualquiera que quiera hacer lo mismo lo haga y obtenga el mismo resultado, de ahí que duraran dos años para terminar la investigación.
Puede haber en otras partes
Como la investigación se basó solo en las garrapatas obtenidas en Nicoya se desconoce si la bacteria se encuentra en otras zonas del país e incluso si estaría en garrapatas de otros animales, además del murciélago "Balantiopterix plicata".
Ese es el otro paso que sigue, investigar cuáles son los efectos de la bacteria en los seres humanos u otros animales, pero para eso se llevarán otros dos años mínimo y aún no están trabajando en ello, pues la planificación del departamento se hace con 24 meses de anticipación.
"En personas es muy difícil conocer cuáles son las enfermedades que produce. Uno empieza a ver cómo se comporta la bacteria en el laboratorio, en células, su crecimiento y a lo mucho cumpliendo con todos los lineamientos de bienestar animal, podríamos ensayar con animales de laboratorio como hamsters", agregó la coordinadora.
Podría ser mortal
Las investigaciones que hacen falta para inscribirla oficialmente también deben contemplar si la Candidatus rickettsia nicoyana es de una especie mortal o más bien de las inofensivas, pues en el país hay de los dos tipos.
"En Costa Rica están presentes las Rickettsias que se ha descubierto que son mortales para los humanos al generarles fiebre, hemorragias y salpullidos que si no se tratan con el antibiótico adecuado pueden tener terribles consecuencias", explicó Troyo.
Los investigadores
- Eugenia Corrales Aguilar, biología
- Andrés Moreira Soto, biología
- Olger Calderón Arguedas, microbiología
- Rolando Moreira Soto, microbiología
- Adriana Troyo, microbiología