Los productores de cacao de Talamanca, en la provincia de Limón, crearon el primer mapa con la ruta del chocolate, una forma de promocionar sus dulces creaciones y poner el ojo del turismo mundial en ese hermoso paraíso natural.
En total son 16 microempresarios los que ofrecen una experiencia única por la variedad de sabores de sus creaciones.
El recorrido inicia con la Cabra feliz y Green illusion garden en Cahuita; pasa por la Comuna verde, Rancho tranquilo y Morena clara en Hone Creek; sigue por Kio, Talamanca chocolate, Bread and chocolate, Rawö, Cho.Co, Edgar Campbell, Wolaba, Caribeans y Talamanca Orgánica en Puerto Viejo; y finalmente están D’ Bratsi en Bribri y termina en Chocolate Mey - Kiss en Sixaola.
Eso sí, no crea que se va a empalagar de puro chocolate con leche como lo conocemos normalmente, sino que cada uno le imprime su sello personal. Por ejemplo, en Wolaba están rescatando los sabores locales como el zacate de limón, romero o pimienta y sal.
Los licores tampoco pueden faltar y hay uno con tequila o el Billy Gin, que surgió a petición de un cliente de don Peter Kring, quien le pidió uno con sabor a su bebida favorita: el Gin tonic. También juega con los nombres, como el Tormenta, que es un dulce con sabor a menta. Estos, además de deleitarlo, tienen sus empaques en blanco y negro, para que los niños se entretengan pintándolo.
También hay picantes con chile ahumado, de chocolate blanco con sésamo en vez de leche y de durián, una de las frutas más completas en aporte de vitaminas, pero conocida más por su apestoso olor.
Estas empresitas le están dando trabajo a 86 familias talamanqueñas y son hechos solo con sus manos, nada es industrial, lo que les da mayor valor.
Según Kring, la idea es incorporar ingredientes de buena calidad que tengan un aporte a la salud y no que sean simples dulces.
Legado familiar
Deisy Ortiz, de la empresa D’Bratsi, nos contó que ella conoce el cacao desde niña y que hace los suyos con jengibre, naranja, canela o café.
“Es una herencia de mis antepasados y que nosotros retomamos hace unos cinco años. Con la ruta del chocolate nos unimos para promocionar más ese producto y darnos a conocer. Es duro sacar los productos del cantón y conseguir trabajo aquí, por lo que esta es una forma de aprovechar que estamos en una zona turística y generar trabajo”, explicó Ortiz.
Una de las impulsoras de este proyecto es Andreas Cordero, de Morena Clara, quien inició en este negocio hace tan solo tres años y averiguando descubrió que su bisabuelo Francisco Ramírez de Caicedo, fue un multimillonario que sembraba cacao y coco en su propiedad de 600 hectáreas dedicadas a eso.
Ahora, ella cuenta con una hectárea en la que tiene sembrados 800 palos de cacao y otros árboles frutales. Allí ofrece un tour y tiene un museo para dar a conocer la historia de los afrodescendientes en este negocio.