¿Ustedes sabían que en Costa Rica tenemos el payaso más grandote de Centroamérica?
Pues les confirmamos que sí, además, es uno de los más grandes de América, solo superado por uno de México y otro de Argentina.
Como no podía ser de otra forma, de acuerdo a nuestra muy alegre forma de ser, se llama el payaso Chiquitín. Cuando usted lo tiene de frente se da cuenta que no tiene un solo pelo de chiquitín porque mide dos metros y dos centímetros.
Nosotros lo conocimos el domingo 22 de diciembre en medio del fiestón que el padre Sergio Valverde de Obras del Espíritu Santo les organizó a 35 mil niños de diferentes partes del país en el Estadio Nacional. Ahí andaba Chiquitín alegrando a los pequeños que llegaron a disfrutar de un día lleno de alegría.
A como pudimos nos lo llevamos un par de minutos a una esquina y logramos que por algunos segundos se quitara la nariz roja y nos contara quién está detrás del payaso más grande de Centroamérica, eso sí, antes de comenzar con las preguntas nos pidió que les diéramos un enorme ¡Feliz Navidad! A todos los niños del país y a sus familias.
Se llama Farlen Aguilar Elizondo, nació el 23 de junio de 1995 en Santiago de Puriscal. Inmediatamente confirmamos con él, lo que uno se imagina cuando alguien le dice que es puriscaleño: trabajador, honrado, humilde, un verdadero pulseador y muy querido por su gente.
Nos dice que cuando era chiquillo (de edad, porque nunca fue pequeño) jamás se imaginó que terminaría siendo payaso, pero creemos que eso lo dijo por pura payasada porque lo volvimos al revés y lo sacudimos bastante y de uno de sus zapatotes le encontramos la evidencia que estábamos buscando, una foto cuando tenía cinco años y ¡Ajá! Esa foto nos mostraba el “cuerpo del delito”, tenía una nariz roja de payaso puesta.
“En verdad que cuando estaba niño y adolescente nunca sentí que terminaría siendo payaso; sin embargo, cuando lo analizo bien, ese fuego siempre lo tuve en el corazón. No pensaba en ser payaso, pero me encantaron de siempre los payasos.
“Siempre me llamó la atención el mundo del circo, de los payasos, su pintura, su ropa, los zapatos. Ponía atención a cuanto payaso conocía, pero siempre creí que era nada más algo que me gustaba y no algo que me estaba jalando”, nos comenta el payasooooote a quien usted puede contratar llamando al: 8968-9875.
Nariz roja
Ya sabemos muy bien que los amigos terminan influyendo directamente en muchas de las decisiones que tomamos. Resulta que, todavía siendo Farlen, se volvió gran amigo del payaso Pirulillo (Alexander Valverde de los muy conocidos y queridos Pirulos) y ese fue quien realmente lo empayasó de pies a cabeza.
“No crean que ser payaso es fácil, al contrario, es muy difícil y es un arte que se debe querer mucho. Pirulillo me enseñó eso, a amar el ser payaso, entender que los niños merecen al mejor payaso del mundo en cada presentación.
“Comencé desde el principio, aprendiendo técnicas, capacitándome, yendo congresos. Actualmente tengo casi tres años de ser payaso y sigo aprendiendo todos los días. Ponerse la nariz roja y alegrar a los niños es algo serio y que merece total respeto y dedicación”, reconoce Chiquitín.
Después de que se le encendió el fuego de ser payaso, de conocer más allá de una nariz roja, de un traje y unos zapatones, creyó que lo suyo era darle alegría a los niños, pero rapidito se dio cuenta que ellos más bien le daban a él una felicidad en el corazón que jamás imaginó.
“Es lindo ser payaso para llevar felicidad a los niños que tanto lo merecen. Ver feliz a un niño, verlo sonreír, es un privilegio que Dios me ha dado y que no tengo con qué pagarlo. El ser payaso transmite alegría, felicidad, sobre todo, transmite el amor de Dios.
“El payaso logra ver la grandeza de Dios en cada niño, en cada sonrisa. El ponerme una nariz roja, realmente, es una bendición de Dios. Le doy tres colores de significado a mi payaso Chiquitín: azul, blanco y rojo: azul, porque es un regalo de Dios, blanco porque soy un payaso de humor blanco, humor sano y rojo porque llevo una nariz roja”, explica.
Cada vez que puede aprovecha para hablar de Dios en medio de su show y se ha dado cuenta que logra hacer reír también a los adultos y hasta ha llevado un mensaje que justo estaba esperando una señora.
Chiquitín se informó bien y ubicó un payaso en México que mide 2 metros y 10 centímetros y otro en Argentina otro que mide 2,8 metros. Después de esos dos sigue él con su tamañote.