Al templo católico San Isidro Labrador, en el centro de Coronado, le están dando una manita de gato para dejarlo como un ajito.

Desde hace un año, la torre principal del edificio, de estilo neogótico, lo repellan con un material similar al cemento (un mortero de impermeabilización), el cual se coloca de arriba a abajo y luego se hará en otras partes del templo. También se cambia la instalación eléctrica en varias áreas del templo.

Gilberth Alvarado, miembro de la comisión de obras de la parroquia, manifestó que los arreglos forman parte de varios trabajos que no se pudieron realizar anteriormente y que requerían atención.

“El templo católico se construyó en la década de 1930 y había varios trabajos que no se realizaron. Hace 20 años empezamos con un sistema para la evacuación de aguas pluviales, también se colocaron rejas alrededor y ahora, luego de un estudio decidimos que había que colocar los repellos en las paredes externas, pintar el templo por dentro y cambiar la instalación eléctrica”, expresó.

Alvarado manifestó que solo en los repellos están invirtiendo ¢50 millones. Esto consiste en repellar la torre del campanario, ya que el original se desprendía. Poco a poco se irán cubriendo las demás áreas del inmueble con este repello.

“El templo es metálico, las paredes son chorreadas y el hierro está por dentro. Al meterse la humedad, por la lluvia y por el paso del tiempo el repello se afloja y por eso se han caído algunos pedazos. Paralelamente a estos trabajos, estamos cambiando la instalación eléctrica por sectores, porque la que tiene está muy deteriorada y se quiere evitar un incendio”, añadió.

El encargado indicó que para avanzar con el cambio de red eléctrica se requieren más de ¢10 millones y para eso, le apuestan a la realización de los festejos patronales, que serán del 3 al 17 de mayo.

“Lo ideal es hacer todo lo que podamos a nivel interno para luego pintar el templo y que quede más bonito. Muchos nos dicen que la plata no se ve, pero no podemos hacer cambios a nivel estético si no metemos plata a lo interno, porque luego sería volver a romper paredes o algo por el estilo y no tiene sentido”, aseguró.

Vigilando

La arquitecta Marcia Briceño, del Centro de Patrimonio Cultural, manifestó que han vigilado todos los trabajos que se le hacen al templo, pues este se declaró Patrimonio Histórico Arquitectónico el 16 de marzo del 2007.

“En realidad el inmueble tiene un buen estado de conservación, nosotros lo que hacemos es monitorear que los materiales que se usan y que los trabajos que se hacen son los adecuados en un edificio de este tipo", expresó.

Briceño agregó que los bretes preventivos en los edificios patrimoniales son fundamentales, porque así se protege el lugar y la integridad de las personas.

“El dueño de los templos es la Iglesia católica y en este caso he visto que han trabajado muy bien por el rescate de los edificios. Además, en todos los casos es importante trabajar para que las edificaciones se mantengan en buenas condiciones, porque entre menos se haga por ellos, más notorio será el deterioro de estos”, expresó.