Censo nacional del 2020 contaría a las personas homosexuales

Para el censo del 2020, no se sorprenda si el personal responsable de realizar las encuestas le manda preguntas como, ¿convive usted con alguna persona de la población LGTBI ?, ¿cuántos son? y otras cosas por el estilo.

Lo que pasa es que el Estado pretende censar a la comunidad homosexual del país y para ello es necesario incluir ese tipo de preguntas en los cuestionarios, cuya información iría junto a temas como pobreza, educación, empleo y vivienda, entre otros.

Tampoco se extrañe si en las encuestas de hogares que se lleven a cabo antes del 2020 le hacen ese tipo de preguntas, pues el Gobierno desea ir contando a los homosexuales que viven en el país para tomar medidas y hacer políticas que respondan a las necesidades de ellos.

La iniciativa es del comisionado presidencial para asuntos de la población LGTBI Luis Eduardo Salazar, quien fue nombrado por Carlos Alvarado para ser como una especie de enlace entre los homosexuales y el Gobierno. También canalizan acercamientos entre la comunidad y la sociedad civil, para lograr el bienestar común.

“La idea es que en el censo del 2020 vengan variables que incorporen esas análisis de identidad de género y orientación sexual. Incluso, antes de esa encuesta nacional, queremos incluir en las encuestas de hogares esas variables, pero hay que revisarlo con el INEC para ver qué tan flexible es por cuestiones de tiempo”, explicó Salazar.

Solución a problemas.

El comisionado agregó que también aplicarían una política de sensibilización de la población. Además, los resultados que se obtendrían de esas encuestas serían generales (no personales), para que el Estado pueda definir políticas que brinden solución a algunos problemas propios de la comunidad LGTBI.

“Es una población que ha estado históricamente invisibilizada, donde no hay registros y queremos datos que vayan más allá de saber cuántos son, si no determinar, por ejemplo, cuál es la expectativa de vida de una población como la trans”, dijo.

Según el comisionado, al no haber datos, el país no tenga información suficiente para gestionar políticas que tenga un respaldo en algo.

No es tan fácil.

Pero la labor no es tan sencilla. No se trata de pedirle al Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) que incluya un análisis más y listo, pues esa institución tiene lineamientos, procedimientos y un presupuesto que debe respetar.

Para incluir nuevas preguntas se debe tener un argumento teórico que justifiquen un por qué.

Según Pilar Ramos, coordinadora del área de Divulgación y Estadística del INEC, las razones que les dio Salazar son muy válidas, pero aún deben coordinar un primer contacto para escuchar el planteamiento en su totalidad.

“Eso que él dijo son orientaciones y aspectos que son fundamentales en términos de justificación y bajo ese punto de vista, bajo el enfoque de derechos humanos y en vista de que no conocemos la magnitud de la población afectada, nosotros podemos escuchar”, dijo.

Eso sí, Ramos asegura que el INEC omite cuestionarios que tengan que ver con opiniones, objetividades o actitudes.

El brete que hay que hacer no es jugando, por ejemplo, desde el 2017 el INEC se reúne con instituciones que requieren un módulo de tecnología para el 2019 y aún se están definiendo cosas, o sea, que puede ir pa'largo.

“Si algo se plantea debe ser de utilidad, de mejorar alguna política pública, pero también hay otros aspectos más administrativos como cuál es el costo, si existe el financiamiento y si el INEC tiene la capacidad técnica de realizarlo. Algunas veces son conceptos muy difíciles”, dijo.