EscucharFloria, de quien por razones de seguridad no vamos a revelar su verdadero nombre, a simple viste es una abuelita común y corriente.
Le gusta andar el pelo acomodado en un moño, su pelito está blanco, sus ojos cansados, los dientes desgastados y las manos débiles.
Si usted la viera en la calle, jamás creería que, a sus 75 años, Floria pasó por una de las situaciones más crueles que un adulto mayor podría vivir: el abandono.
Según nos contó una persona allegada a ella, en sus ojitos se nota la tristeza y el dolor de que su familia no quisiera tenerla en sus vidas.
“En sus momentos de lucidez, ella nos cuenta que cuando cae la tarde se pone a llorar”, contó esta persona con dolor en su voz.
“Se sienta y comienza a hablarnos de su familia, nos dice: ‘Recuerdo a mi hija y cuando estábamos en la casa, llegaba la hora de darle maíz a las gallinas, barríamos el patio, tomábamos café juntas. Extraño a mi hija, no sé cómo estarán mis nietitos, me gustaría que me vinieran a ver’, nos decía mientras se le salían las lágrimas”.
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Los familiares de Floria, por alguna razón que solo ellos sabrán, tomaron la decisión de abandonarla y, de esa manera, se unieron a la larga lista de gente que ha abandonado a un adulto mayor.
Y es que según denunció el Colegio de Trabajadores Sociales de Costa Rica (Coltras), desde el 2014 en adelante, los abandonos de adultos mayores han venido en aumento.
Según datos del Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam), para octubre del 2024, se habían recibido un total de 760 denuncias telefónicas por abandono, esto a través del servicio 1165.
Acá hay que tomar en insistir que por el momento los datos más actualizados son de octubre 2024, por lo que es muy probable que las cifras hayan aumentado para el día de hoy.
En especial si consideramos que las fechas en las que más casos de abandono se reportan son durante las fiestas de Navidad y final de año.
Preocupante
Para que se hagan una idea de lo preocupante que es la situación, veámoslo con números.
Según un informe de la Universidad de Costa Rica, para el 2014 se habían reportado un total de 9 casos de abandono solo en hospitales, pero para el 2022, esta cifra aumentó a 89 casos.
Eso es un aumento del 888% en cuestión de ocho años.
Otra cifra que también viene en aumento es el tiempo promedio que pasan los adultos mayores bajo el cuidado de los hospitales, pasando de 26,5 días en 2014 a 41 días en 2022, siendo los centros médicos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) los principales lugares en que se abandonan a los viejitos.
Abandono
Acá hay que aclarar que cuando hablamos de abandono, no nos referimos única y exclusivamente al abandono físico, hay muchas otras formas en las que las familias o allegados de un adulto mayor lo pueden abandonar.
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Según explicó el Coltras, hay al menos tres:
La primera es, claramente, el físico. Esto se refiere a dejar desamparado a un adulto mayor en un lugar, puede ser un hospital, o sin atender sus necesidades básicas.
El segundo tipo es el emocional, que se da cuando se aisla o se desprecia al adulto mayor. Pueden compartir la misma vivienda, pero no se les da apoyo emocional, compañía, atención, escucha activa o validación de sus sentimientos y experiencias.
Por último, tenemos el abandono económico que, como su nombre lo dice, sucede cuando no se les da un apoyo financiero para que puedan cubrir sus necesidades básicas, lo que los pone en una situación de vulnerabilidad extrema.
Ahora, ¿por qué una familia abandonaría a un adulto mayor?
Según nos explicó María Ester Flores, psicóloga experta en familia, hay diversos factores que podrían llevar a una persona a hacerlo.
Uno es que muchas veces ese adulto mayor abandonó a sus hijos en su momento.
“Hay padres y madres que a lo largo del desarrollo de la familia han sido abandónicas. Me refiero a que no le han dado verdadero afecto a sus hijos como tenía que ser”, explicó.
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“Hay casos en los que los han regalado a los abuelos, tíos o primos y, cuando son mayores y regresan a sus hijos para que los cuiden, es muy tarde, ya no hay un vínculo de afecto”.
“Hay padres que han sido abusivos sexual, física y hasta emocionalmente, padres alcohólicos o drogadictos. Entonces cuando los hijos logran escaparse, no hay una disposición de querer cuidarlos”.
Otro factor es la escasez de recursos económicos.
“Hay mucha pobreza, una persona que no tiene qué comer y que debe cuidar a un adulto mayor, en muchos casos con enfermedades crónicas, tiende abandonarlos bajo la esperanza de que algún hospital les pueda dar alimentos, medicinas y todos los cuidados que necesita”.
Por último, desgraciadamente, hay gente que nada más tiene maldad en su corazón o son insensibles.
“Hay personas materialistas o egoístas, que el adulto mayor les estorba... Son personas que bien podrían cuidarlos, pero son crueles o maleducados y los abandonan en centros médicos y no los visitan”, concluyó.
