El obispo de Ciudad Quesada, José Manuel Garita Herrera, se refirió al caso de la estudiante agredida en un bus en San Carlos y dijo algo muy doloroso.
Él aseguró que las terribles imágenes del video que circula en redes sociales, en el que se ve a la joven sufrir humillaciones, debe llevar a la reflexión y a hacer un alto en el camino.
“Hay indignación por los hechos que se ven en el video y que generan una serie de interrogantes que solo podrán contestar quienes estuvieron cerca de ese violento acontecimiento.
“Cabe cuestionar por qué nadie socorrió a la joven en ese momento; por otro lado, la publicación que se hizo viral deja una serie de interrogantes sobre los valores que vivimos, sobre si se hace como denuncia o como juego, sobre la poca empatía ante el sufrimiento y sobre lo que lamentablemente es una normalización de la violencia.
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“Ante hechos como este, en el que sabemos hay dos menores involucrados, frente a hechos más graves y situaciones en las cuales las familias viven episodios de dolor, ante estudiantes que sufren bullying en sus centros de estudio, y los crímenes atroces que vemos contra mujeres y la ola creciente de homicidios en el país… ante todo ello debemos tomar acción. Es preciso y urgente buscar la cura para una sociedad que está enferma y que parece no querer reconocerlo, a pesar de otras evidencias en video de nuevos hechos de agresión que siguen surgiendo en los últimos días”, dijo el cura.
Monseñor dijo que la violencia engendra violencia y por eso algunas personas quisieron tomar la justicia en sus manos y atacar al agresor luego de que el video se hiciera viral.
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“Se ha perdido aquella Costa Rica que apostaba por la familia, que privilegiaba la paz, el respeto y la solidaridad. Sabemos que son crecientes los datos que hablan de personas afectadas emocionalmente en nuestra nación. Razones y causas puede haber muchas, pero no estamos llegando a prevenir ni a combatir eficazmente estas situaciones. Falta mayor decisión para ejecutar políticas públicas de salud en esta materia.
“Basta ver en carretera cómo la violencia verbal o física se enciende por alguna maniobra. Igual ocurre en las familias. O, ¿acaso no nos dicen nada las centenas de reportes de violencia intrafamiliar de los sistemas de emergencias cuando hay partidos de fútbol? ¡Claro que falta la presencia y la experiencia de Dios en nuestra sociedad!”, aseguró el religioso.