Un joven fue expulsado de su casa porque era gay, sin embargo, aunque dormía en cualquier lado, no dejó de ir al colegio.
Cuando escuchó de Casa Rara fue con su bultico de ropa y el libro de Matemáticas bajo el brazo. “Me cuestan las mates, siempre lo ando”, les dijo a los encargados al llegar.
Otra muchacho encontró la felicidad y un motivo para salir adelante cuando llegó a Casa Rara.
“Las personas a las que debería importarles fueron las primeras en dejarme fuera”, dice un joven en uno de los videos de Casa Rara.
Otro montón viven en su núcleo familiar, pero como son gais, no van al colegio, no les dan tratamientos médicos o simplemente la familia no sabe como ayudarlos.
Para este tipo de problemática existe la fundación Casa Rara, que opera desde hace un año y medio en el país con jóvenes desde los 15 hasta los 25 años.
Sus fundadores y quienes gestionan todas las ayudas y las canalizan son Shi Alarcón y Roig Brenes, dos activistas comprometidos con la causa y que en la actualidad cuenta con 22 jóvenes que enfrentan este tipo de violencia.
“Casa Rara es un espacio seguro para personas LGTBIQ+ que brinda la posibilidad de que los jóvenes puedan capacitarse y que les brinda apoyo económico, terapéutico, académico, emocional y de salud, o sea, todas las necesidades de las personas que son víctimas de violencia”, explicó Shi.
Sin embargo, quien quiera llegar pasa por un período de análisis que determinará si requiere ayuda y qué tipo de ayuda.
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“No somos el IMAS, damos incentivos, colaboraciones, acompañamientos. No es que van a venir porque es Casa Rara y tienen una necesidad, deben poner de su parte”.
Como familia
Shi y Roig cuentan con alianzas con diferentes profesionales y empresas que les aportan servicios gratuitos, o aportes económicos.
Cuando hay menores de edad de por medio, deben tener especial cuidado. Ellos hablan con el menor y buscan si existe algún familiar que pueda recibirlo y vivir con él y ellos dan el apoyo necesario en economía, tratamientos médicos, emocionales o cualquier otro que requiera. No siempre las necesidades son de dinero.
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“Se busca a un familiar que respete su orientación sexual y su identidad de género que lo apoye para que siga estudiando. A veces podemos entrar a la familia y explicar un poco, decirles que no están enfermos, que es una situación de muchas personas. Es lo primero que buscamos”, explicó Roig.
“No queremos caer en eso de que le llegamos a los más necesitados por dinero. Son muchos los requerimientos. La mayor necesidad que ellos tienen es la de amor”.
Si el joven no tiene a nadie o definitivamente deambula en la calle, presentan el caso al PANI con recomendaciones de candidatos que pueden adoptar, pero la institución es la que tiene la última palabra.
“No podemos asumir una responsabilidad que no nos corresponde. Tenemos una comunicación con el PANI para que identifique a la persona en riesgo que sufre violencia y discriminación”, dijo Roig.
Cuando las personas son mayores de edad, ellos se encargan de buscar una familia que esté dispuesta a ayudar al joven, con recibirlo en la casa.
“Todas las familias que nos han colaborados son heterosexuales, ninguna familia ha sido de la comunidad”, expresó Shi.
Casa Rara está en proceso de papeleo con el PANI para ser una institución reconocida, según informaron en el patronato. Para ello, requieren una estructura física.
Roig y Shi creen que podrán contar con una estructura el otro año.
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Pero si usted quiere ayudar a que eso se convierta en realidad, puede escribirles por mensaje privado en Facebook. Aparecen como Casa Rara o escribir al casarara.cr@gmail.com.
En vías de formalizarse
El comisionado presidencial para asuntos LGTBIQ+, Luis Eduardo Salazar, dijo que están acompañando a Casa Rara a conseguir el reconocimiento legal del PANI.
“Al igual que toda organización o asociación tiene que trabajar de acuerdo a protocolos y regulaciones del PANI, como cualquier entidad no gubernamental que quiera brindar una atención a la niñez y adolescencia”, expresó.
Añadió que el PANI brinda un apoyo económico a los menores.
“Actualmente hay una coordinación con el PANI, en varios puntos, como la elaboración de ese convenio para que esté legalmente conformada”.
En el PANI respondieron que conocen poco de Casa Rara.
“La organización solicitó información y asesoría para iniciar el proceso de acreditación ante el PANI”, fue la respuesta de la vocera de la institución Fanny Cordero.
Don Luis Eduardo dijo que la función social de Casa Rara es importante porque la población LGTBIQ+ tiene cuatro veces más probabilidades de cometer suicidio y los transexuales diez veces más.
“Se da por la violencia y la discriminación que sufren”, comentó.
Reconoció que el país evoluciona en este tipo de temas, pero que la desinformación es la principal razón de que haya discriminación.
“Algunos todavía creen que es una enfermedad”, dijo.