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Andy Villegas es una tarotista costarricense que saca un porcentaje de sus ganancias, a veces la mitad, para comprar comidita y donarla a las familias que han quedado en una difícil situación por el coronavirus.
Ella cobra diez rojitos la sesión de lecturas de cartas del Tarot y desde que decidió ayudar se le incrementó el trabajo, hasta diez personas por día. Ella cree que esa cantidad de bretecito es el resultado ‘divino’ de las ayudas que da.
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Todo empezó cuando un cliente le contó el caso de una adulta mayor que vive en condiciones precarias en Desamparados y Andy decidió ayudar porque le nació del corazón.
Después, por medio de la mejor publicidad del mundo, el boca en boca, otras tres familias buscaron a Andy y se vieron beneficiadas.
“Cuando uno da, se siente bien. Me encanta ayudar”.
En ese momento, después de ayuda a cuatro familias, Andy decidió dar un paso más a ver qué cómo le iba: poner en sus redes sociales que si alguien necesitaba ayuda, ella estaba dispuesta a echar una mano hasta donde sus recursos lo permitieran, pero también pidió colaboración a quien quisiera apuntarse.
Muchos de los clientes de Andy son personas pudientes, como doctores, abogados y perfiles similares y empezaron a donarle víveres.
La primera muchacha que le llegó por redes sociales fue Paola Chavarría, pero no fue a pedirle ayuda, llegó a pedir trabajo.
Paola, de 33 años, está a cargo de seis muchachitos que van desde los cuatro a los 16 años. Ella es la mamá de tres y tía de los otros tres. También está a cargo de un adulto mayor.
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“Ha sido el caso que más me conmovió. No tolero ver que los chiquitos pasen hambre y por la misma situación del coronavirus entraron en un estado de ansiedad. Entonces, a cada rato, le pedían algo a ella, una galleta, por decir algo, y ella no tenía nada.
“Ellos venden pejibayes, pero el señor que se los daba no sé porque razón ya no lo hizo más y se quedaron sin nada. Estaba desesperada y ella sintió la necesidad de buscarme y contarme su historia, me enseñó fotos de los niños. No tenían nada que comer. Fue duro”, contó la tarotista.
Cada pequeño recibe el paquete de víveres que reparte el MEP, y Paola agradece esa ayuda, pero no alcanza para todos los días. Por eso, Andy no dudó en tomar parte de sus ganancias, comprar comida y contar la historia en redes.
“Me empezaron a contactar clientes que me decían, ‘tome esto para que compre tal cosa, tome lo otro’. Una persona de condición humilde y que sé que solo tenía dos bolsitas de arroz, me dio una”, confesó Andy.
Paola nos contó que está muy agradecida con el gesto de Andy, a quien considera un ángel.
“Estaba desesperada y un día con migraña acostada entré a Facebook y vi un mensaje de Andy que decía que si alguien pasaba un momento económico difícil, que la contactara”.
“Me quedé pensando, con ganas de llamar, diciéndome ‘qué vergüenza, qué pena y todo eso’... pero pudo más ser mamá y cuando llamé la respuesta de Andy fue increíble”, contó Paola.
Resulta que Andy estaba dispuesta a escuchar su historia, a ver las fotos y a colaborar con la familia.
“Fue el ángel que Dios me mandó y le dije a mi esposo, nos van a ayudar, vamos a tener que comer por unos días, nuestros hijos tendrán sustento. Lloré encerrada en mi cuarto, luego me llamó otra joven y otra joven. Fue sorprendente que se unieran".
La tarotista cree que la crisis ha sacado el lado positivo y solidario de las personas en mayor cantidad que aquellas personas que buscan sacar provecho.
Dijo que no puede lanzar cartas para leer la situación del mundo porque su deseo de que todo fluya mejor en el planeta condiciona el resultado. Aún así, siente que en dos meses, la situación puede mejorar bastante.
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Ella ya ha ayudado a más de treinta familias que se han visto envueltas en situaciones difíciles por el coronavirus.
“Las historias donde hay implicados niños con hambre y adultos mayores son las que más me conmueven. Me han llegado a decir que lo único que tienen para darle a un chiquito es agua con azúcar, eso me parte el corazón”, dijo.
