Este viernes 7 de octubre, a partir de la 10:00 de la mañana, Costa Rica celebrará oficialmente a Cartago como su primera Ciudad Compasiva.
En el salón del Concejo Municipal de Cartago, en el puro corazón de esa ciudad, la autoridades tomarán la decisión de aprobar un mayor y mejor cuido de nuestros adultos mayores. Es atender, importarle y solidarizarse con todo abuelito de nuestra comunidad, sobre todo con los que padecen una enfermedad terminal, incluso, unirnos como una red para que nos importe también la familia alrededor de esos abuelitos.
Cartago se prepara para responder al reto nacional de una población que envejece a ritmo acelerado. Cerca de 17 mil personas de este cantón tienen más de 65 años, hasta un 34,3% posee algún tipo de discapacidad y, de acuerdo con estadísticas recientes, casi 700 ocupan al año de cuidados paliativos.
Con esta decisión los brumosos se unen a países como España, Colombia y Argentina, los cuales desde hace varios meses decidieron convertirse en ciudades compasivas.
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“La compasión es un valor que permite que todas las personas sean tratadas con igualdad al comprender sus dificultades. Es un sentimiento que empuja, que moviliza a ayudar a los otros en su sufrimiento.
“Los habitantes de una Ciudad Compasiva reconocen la importancia de cuidar y acompañar a los miembros de la comunidad cuando sufren o se encuentran al final de la vida. Acompañar suele ser algo tan sencillo como ir a la farmacia a recoger unos medicamentos, ayudar en los deberes escolares a los niños de la familia o ir al almacén cercano a hacer las compras”, explica el médico geriatra y paliativista, José Ernesto Picado Ovares, quien es, además, uno de los fundadores de la Fundación Partir con Dignidad.