Pablo Campos Jiménez firmó el divorcio el viernes pasado y en ese momento recuperó la paz y el control de su vida.
La emoción fue tanta que lo primero que hizo fue decorar su carro con globos y letreros que decían: “Ya firmé el divorcio” y “Libre soy”, luego salió a cumplir una promesa muy especial.
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Pablo visitó la tumba de la mamá, en el cementerio general de Cartago, para celebrar con ella el inicio de una nueva etapa en su vida y luego se fue para la Basílica de Los Ángeles para agradecerle a La Negrita su ayuda en todo este proceso, él se había prometido que apenas se divorciara iría a esos dos lugares.
Él cuenta que jamás se esperó la reacción de la gente que se lo topaba en la calle, pues asegura que se sintió comprendido.
“Mientras hice ese recorrido me pitaban y me decían que gracias por darles esperanza, porque ellos también estaban esperando el divorcio y estaban desesperados. Algunos me decían que soñaban pronto poder decorar el carro como yo y cerrar ese capítulo.
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“En redes sociales también fue una locura, me siguen llegando cualquier cantidad de comentarios, me etiquetan, me mandan mensajes privados, me han contactado mamás para pedirme que hable con los hijos para que les dé esperanza, porque están deprimidos a causa de que no les sale el divorcio; lo bueno es que la gente entendió que mi razón de hacer esto fue el que al fin terminé ese proceso tan desgastante y tedioso y recuperé mi paz y el control de mi vida”, aseguró.