Los últimos dos años de la vida del ministro de Salud, Daniel Salas, han estado cargados de gran preocupación, estrés y muchísima responsabilidad por la pandemia, un combo que podría generarle malas consecuencias a la salud del jerarca.
Este miércoles, don Daniel tenía planeado asistir a una conferencia de prensa virtual para aclarar dudas sobre la campaña de vacunación pediátrica contra el covid-19, pero un subonazo de presión se lo impidió y hasta necesitó asistencia médica.
La actividad estaba programada para el mediodía, pero debido al problema de salud del ministro, se pasó para las 12:30 p.m. y al final tuvo que asistir el viceministro de Salud, Pedro González, en su lugar.
Este jueves, Salud informó que Salas ya estaba bien, que solo se trató de una descompensación y que ya está trabajando con normalidad.
Mucho cuidado
El médico Daniel Quesada, jefe del servicio de Cardiología del hospital San Vicente de Paúl de Heredia, dijo que este tipo de episodios hay que tratarlos con muchísimo cuidado.
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“Un subonazo de presión nunca es bueno, ni para una persona que ya es declarada hipertensa, ni para alguien que no lo es. Muchas veces las personas presentan subonazos de presión y no se dan cuenta, eso es muy peligroso porque podría llegar a más.
“En la mayoría de casos en los que las personas se dan cuenta que se les subió la presión, es porque sienten dolor de cabeza, una especie de azurumbamiento (aturdimiento), mareos y ruidos en la cabeza. Es importantísimo que se pongan en control porque ese tipo de padecimientos podría causar un derrame cerebral o un infarto al corazón, incluso hay pacientes que con el primer subonazo de presión llegan a sufrir ese tipo de padecimientos tan severos y a tener problemas en los principales órganos.
Varias causas
El especialista dice que la presión se puede subir por varias causas: por un susto, recibir una mala noticia, sufrir un accidente de tránsito, tener problemas de salud, por situaciones emocionales o por mantener un estrés muy elevado de forma continua.
“Muchas veces, cuando a alguien se le sube la presión dice: ‘Es que me llevé un susto’, y no se pone atención, pero en realidad puede ser que venga arrastrando problemas de presión sin saberlo”.
El médico asegura que las personas hipertensas deben tener la presión alta cerca de 140 y la baja en 90, mientras que las personas que no padecen de presión deben tener la presión alta en máximo 130 y la baja en 80.
“Cuando se da un subonazo de presión es momento de revisar la vida que llevamos, analizar si estamos haciendo ejercicio al menos cinco veces a la semana, si comemos saludablemente y si las verduras y frutas son parte esencial de nuestra dieta, bajar el consumo de grasa y también la sal, entre más natural sea la comida mejor”, explicó el cardiólogo.
Equilibrio
El ser ministro de Salud, sobre todo en tiempos de pandemia, es muy desgastante y por es necesario saber llevar un equilibrio.
La exministra de Salud e infectóloga María Luisa Ávila, quien enfrentó en 2009 la pandemia de la AH1N1 cuando estaba al frente de esa institución, entiende bien a Salas.
“Daniel es un amigo mío y admiro mucho su trabajo, ha hecho una labor muy buena en medio de una situación tan caótica como la que estamos viviendo y claro que en un puesto de tanta responsabilidad es importante cuidarse muy bien la salud.
“Cuando era ministra me ejercitaba y hacía meditación, la situación de la pandemia no fue ni la mitad de lo que estamos viviendo ahora, pero sí hay momentos en los que uno vive mucha angustia. En mi caso, el momento de más estrés que enfrenté como ministra fue cuando me dijeron que estaba a punto de derrumbarse la ladera sur del relleno sanitario de Río Azul, estaba muy inestable y al caer afectaría un poblado en el que vivían unas cinco mil personas, tuve que correr para que el ministro de Hacienda destinara un millón de dólares para hacer unos trabajo y asegurar el terreno”, recordó.
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Grandes presiones
La infectóloga dice que el ministro Salas está bailando con la más fea por el montón de presiones que debe tener en cuenta a la hora de tomar decisiones.
“La situación económica del país es muy complicada, la salud no es solo la ausencia de enfermedad, hay muchas personas que están sufriendo por la falta de recursos, pérdida de empleos, los niños se están atrasando con la educación, la situación que vive es muy global y difícil.
“Además, hay gente muy ingrata a la hora de criticar, la mayoría de veces hasta sin fundamento. Daniel no tiene redes sociales y la verdad que es mejor así, porque la gente dice unas cosas tan terribles de los esfuerzos que él hace, que probablemente le dolerían mucho”, dijo Ávila.
La sicóloga Jimena Caballero dice que el estrés que maneja una persona en un puesto de tanta responsabilidad podría llevarlo a sufrir, además, ansiedad y ataques de pánico.
“El cuerpo tiene una capacidad enorme de adaptarse a los cambios y si se tiene un trabajo con niveles de estrés muy elevados también se acostumbra, aunque eso no quita que pueda tener momentos de crisis.
“En el caso de don Daniel, hay que recordar que en este tiempo de pandemia incluso perdió al papá y eso definitivamente le dio una sensibilidad mayor. No necesariamente la pérdida de un ser querido genera un efecto malo, puede más bien dar fuerza a la persona para seguir luchando y enfocarse en sus objetivos”, explicó la sicóloga.
Jimena dijo que en estos casos el autocuidado es fundamental. El hacer ejercicio, buscar espacios para compartir con los suyos, hacer cosas que le gusten y lo relajen es fundamental para estar bien; también se pueden buscar terapias para que las personas se desahoguen y se sientan escuchadas.
La especialista dice que cuando el ministro termine su cargo es importante que se tome un descanso para que recargue las baterías y luego se haga un análisis clínico para revisar su condición de salud.