La cantante nicaragüense Olguita Acuña tuvo que dejar su país debido a las constantes amenazas que ella y su familia recibían, por eso llegó a Costa Rica en busca de una nueva vida.
Ella le contó a La Teja que, aunque le costó mucho conseguir trabajo y ha sido discriminada en varias ocasiones, ama vivir en democracia.
- ¿Cuándo viajó a Costa Rica?
A mediados de agosto del 2018, por el constante acoso de la Policía a mi casa familiar y por amenazas contra mi vida. Un día hasta prendieron fuego al frente de la casa durante la madrugada. Los vecinos llegaron a ayudar y ahogaron el fuego. Finalmente, fue mi mamá quien me pidió salir del país, prefería tenerme lejos, pero a salvo.
- ¿Viajó sola?
Sí, viajé sola durante la madrugada del 11 de septiembre del 2018, con un poco de ropa, mi ukelele y mi laptop.
- ¿Tenía algún conocido que la recibiera aquí?
Por fortuna tengo excelentes amigas, que me recibieron al llegar y me acogieron las primeras semanas, mientras encontraba un lugar más estable para vivir.
- ¿Cómo empezó su nueva vida en Costa Rica?
Los primeros nueve meses estuve sin un permiso laboral, hice algunas traducciones del inglés al español, más de una no me fue pagada. También canté en las calles, vendí palomitas, trabajé en lo que encontré, lo más estable y sanador de todo fue la oportunidad que me dieron de cantar en Rayuela / Lobo Estepario.
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- ¿Cómo ha sido este tiempo que ha vivido en el país?
Un poco de todo. Salir tan pobremente preparada hacia el extranjero, sin mayor garantía, sin familia, sin trabajo estable y con el trauma de todo lo vivido en Nicaragua, ha sido un reto constante. A pesar de estar tan cerca, hay enormes diferencias culturales, jergas, costumbres y términos.
Antes de refugiarme en Costa Rica, ya había visitado la ciudad como turista y hay grandes diferencias en el trato. He conocido gente de todo tipo, no todas las interacciones han sido amables, lamentablemente las más hirientes han sido por funcionarios de instituciones gubernamentales.
No obstante, no puedo obviar los abrazos de muchísimos costarricenses que han sido sumamente empáticos con la situación que vivimos en Nicaragua y han recibido nuestra música y respetado nuestra identidad con sonrisas y palabras cálidas.
- ¿Qué es lo que más le gusta del país?
Vivir en democracia. Como mujer me da tranquilidad saber que al caminar por la calle me respaldan leyes contra el acoso callejero, pero también ver la libertad de prensa en Costa Rica y su capacidad de cuestionamiento a las instituciones y su gobernabilidad, saber que puedo nombrar irregularidades sin temer, e incluso nosotros los extranjeros podemos organizarnos y denunciar.
- ¿Cuáles son los principales obstáculos que ha enfrentado?
Las oportunidades laborales, a pesar de tener un permiso de trabajo, uno se limitan al no tener un estado migratorio permanente, llevo cuatro años viviendo en Costa Rica y sigo pendiente de una resolución.
- ¿Ha sufrido algún tipo de discriminación?
Sí, por mi diversidad, nacionalidad e incluso por identificarme como feminista, por parte de quienes me han empleado para traducciones, caseros y asistentes a mis conciertos, lo hacen mediante comentarios como: “Pero para ser nicaragüense es muy inteligente!”, “¿No le ofende que le digan ‘Nica’?”.
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- Actualmente ¿en qué trabaja?
Además de ser intérprete y cantautora, trabajo en un centro de llamadas como entrenadora. Debo decir que, luego de la música, me apasiona muchísimo la selección, capacitación y desarrollo de talentos empresariales.
- ¿Cómo le ha ido con su proyecto de música en Costa Rica?
Toco el ukelele y estoy aprendiendo a tocar la guitarra y el cajón peruano con los mismos miembros de la banda Bruma, donde soy la vocalista. Tenemos la fortuna de ser parte de una población de migrantes nicaragüenses que han recibido con mucha alegría nuestra música y hemos amenizado múltiples eventos culturales y también las ferias pinoleras donde se ofertan productos artesanales, gastronomía, entre otros productos.
He tocado en locales, teatros, bares y restaurantes dentro y fuera de San José, como Monchadeho, Rayuela, El Museo de los Niños, Museo del Jade, Showroom y Sótano de Amón. Además de participar en eventos de organizaciones de ACNUR, RET internacional, CENDEROS, etc.
- ¿Qué planes tiene para el futuro?
Estoy desarrollando la producción de mis canciones que plasman mis luchas y amores, para pronto subirlas a las plataformas como Spotify, Apple Music, etc.
- ¿Qué opina de la situación actual de Nicaragua?
Nicaragua vive bajo un régimen dictatorial, sin libertades de prensa, expresión, con constantes violaciones a los derechos y garantías civiles de la población. A través de nuevas leyes el régimen, ha limitado la oportunidad del ciudadano de reprochar por la falta de buena gobernanza en el país, solo las redes sociales son suficiente justificación para acoso policial y hasta encarcelamiento.
- ¿Le gustaría volver algún día a su país?
¡Por supuesto que sí! Deseo volver a recorrer las playas, lagunas y pueblos de mi Nicaragua, pero también deseo regresar a una patria libre de dictadura, de violencia estatal. Donde mis derechos civiles valgan, donde pueda caminar sin miedo. Volver a disfrutar de las festividades nacionales.
Mientras llega el momento, deseo seguirme formando y preparando como profesional, artista y activista para así aportar con todo lo que he aprendido en estos años de Costa Rica.
Si usted quiere conocer más de Olguita como artista puede ver los Instagram @bruma.crni u @olguita.acuna, también puede ver la página de Facebook Olguita Acuña. El WhatsApp para contrataciones es el 8557-2297.