Los cambios extremos en las caras de las personas por problemas en dientes, encías, mandíbulas y otros huesos faciales son pan de todo los días en el hospital San Juan de Dios donde hacen cambios extremos, al mejor estilo del recordado programa Extreme Makeover.
Pero ojo, no se trata de casos al azar o por pura vanidad, son intervenciones a personas que tienen malformaciones complejas, algunos nacieron así y son remitidos al servicio Maxilofacial y Ortodoncia de ese hospital.
Por supuesto, el servicio que brinda el San Juan de Dios es gratuito y los resultados son realmente impresionantes.
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Greilyn Marín, una joven de 20 años es testigo de ello. Ella nació con una malformación mandibular y desde los cuatro años recibe tratamiento en el hospi. Lleva doce operaciones y le falta otra cirugía, pero el cambio en su rostro ha sido espectacular.
A nivel de apariencia, ella tenía la mejilla izquierda hundida porque algunos huesos de la mandíbula no se le desarrollaron. Pero ahora luce una linda sonrisa y aunque se le nota todavía el hundimiento, el cambio ha sido radical y los doctores aseguran que quedará en perfectas condiciones.
El doctor Rodolfo Gamboa aseguró a La Teja que todo el tratamiento que ha recibido Greilyn desde que tenía cuatro años a la fecha, en una clínica privada en nuestro país, podría salir costando una cifra impensable de pagar para la mayoría de costarricenses.
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“Un tratamiento de esos, desde el momento que lo requiere (cuatro años) a nivel privado en Costa Rica puede rondar, con todos las cirugías, el medio millón de dólares (unos ¢285 millones).
"Es un servicio caro y le digo otra cosa, en ningún país del mundo la seguridad social brinda estos tratamientos”, dijo el doctor Rodolfo Gamboa, jefe del Servicio de Maxilofacial y Ortodoncia del hospital.
Las buenas noticias para los asegurados es que la sala de esa unidad fue remodelada y ampliada y se podrán brindar tratamientos integrales y hasta servicio a ciudadanos de oro.
El área pasó de tener siete consultorios a trece, lo cual es fundamental para ampliar los servicios. Esa unidad atiende 17 mil personas al año pero esa cifra aumentará con la nueva infraestructura, según Gamboa.
Otro de los casos fue el de Kevin Ovares, de 25 años, vecino de Coronado quien nació con el paladar hendido y quien también lleva doce operaciones.
“El servicio que he recibido del hospital ha sido muy bueno, yo lo calificaría de excelente”, dice Ovares.
El costo de la remodelación y ampliación de la unidad de odontológica costó ¢629 millones.