En los primeros tres meses del 2018 la Caja pondrá en práctica la campaña de vacunación contra el sarampión porque, según el programa de inmunizaciones de la institución, hay un grupo importante de personas que no desarrollan anticuerpos o no se ha vacunado.
El doctor Elvis Delgado, del programa de inmunizaciones, recordó también que la última semana de abril se estaría realizando la Semana de Vacunación de las Américas y en mayo del 2018 arrancaría la jornada contra la gripe.
Aunque aún se requiere la aprobación final de la Comisión Institucional de Inmunizaciones para concretar los detalles de dicha campaña, se aplicaría a todos los niños para reforzar sus cuadros de vacunación y prevenir la entrada del virus al país.
Para mantener el sarampión fuera de nuestros hogares se necesita una cobertura del 95% de la población vacunada, para ello se trabajará en educación y en detección en las escuelas.
"El último caso presente en el país fue en el 2014, cuando tuvimos un caso importado de un hombre de 42 años", explicó el doctor Delgado.
La doctora Leandra Abarca, coordinadora del Programa de Inmunizaciones de la CCSS, estima que un 10% de los niños que se vacunan cada año quedan desprotegidos ante la enfermedad. Por eso cada cierto tiempo se requiere de esta campaña extraordinaria.
Sarampión puede causar ceguera
El propósito de la vacunación contra el sarampión es disminuir el riesgo dadas las graves consecuencias causadas por el virus, que puede generar ceguera, inflamación del cerebro, diarrea intensa, infecciones del oído y neumonía.
Las autoridades de Salud del país deben mantenerse atentas por los brotes de sarampión que se han dado en los países europeos, dado que nos visitan muchos turistas de ese continente.
La última campaña de vacunación extraordinaria contra el virus se realizó en el 2011. Cada año se mantiene la aplicación en los niños al año y tres meses y el refuerzo a los siete años.
El sarampión es una enfermedad muy contagiosa y grave que se transmite fácilmente a través de gotas de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas. Se puede presentar en dos etapas, la primera se caracteriza por una fiebre de 38.5 grados a 40.5 grados, tos, congestión nasal y conjuntivitis. En los casos más extremos se manifiesta con manchas rojizas por todo el cuerpo.
La segunda fase se da al tercer o cuatro día después del inicio de la enfermedad, cuando se presenta una erupción característica con manchas rojas más oscuras que comienzan en la cara y después se generalizan, terminando con una descamación fina.
Están en riesgo de contagio quienes no hayan sido vacunados o que no hayan padecido la enfermedad. La tasa de mortalidad en el grupo de edad de 0 a 4 años es muy alta.