Nacional

Cada vez tenemos más animalitos silvestres como vecinos

Mapaches, majafierros, zorros, palomas y hasta pumas andan ahora cerca de nuestras ciudades

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Este gavilán fue fotografiado el año anterior cerca del parque La Sabana.

Un puma suelto en Tibás y otro en Escazú, mapaches robacomida y pizotes al oeste de la capital han sido noticia en los medios de comunicación.

Los habitantes de la parte más céntrica del Valle Central conviven con una variedad amplísima de animales, pero no a todos se les da pelota. Los pechos amarillos cantan en patios y edificios, los pericos llenan las tardes de bulla, los yigüirros agradecen que se los ponga frutas en el patio, las palomas silvestres se ven en los cables de la corriente.

Incluso algún gavilán ha sorprendido en La Sabana, por ejemplo, donde se han visto también jacanas.

Una exposición del Museo Nacional (que estará hasta el 3 de mayo) nos habla de ese tema y pretende no solo conozcamos a los animalitos con los que compartimos la ciudad sino también decirnos cuáles hábitos debemos cambiar, o adquirir, para que la relación con ellos sea armoniosa.

Hablamos con Silvia Bolaños, bióloga del Departamento de Historia Natural del museo y encargada de la exhibición, quien nos presentó algunos de esos animales. El otro curador es Francisco Durán. Además de conversar con Silvia, tomamos apuntes de los escritos de ambos.

Ambos dan cuenta de los animales que andan entre nosotros. No siempre los vemos, pero allí están y es bueno saber cuáles son.

-Zorro gris. Es difícil verlo, pero donde hay cafetales se puede lograr. Es familiar del perro, no del gato aunque también sea conocido como tigrillo.

Según Francisco Durán, esa forma de nombrarlo quizás se deba a que es el único cánido en toda América con capacidad de trepar árboles. Se alimenta de pequeños animales como ratones y lagartijas y se ve bastante por el lado de parque Prusia (cerca del sanatorio Durán en Tierra Blanca).

Un zorro gris disecado forma parte de la exhibición en el Museo Nacional. Fotografía de Lilliam Arce (Lilliam Arce)

Puma. La deforestación le ha quitado parte de su hábitat, por eso se ha visto en Tibás y en Escazú.

Son nocturnos y solitarios y si usted se encuentra con uno tome en cuenta, en primer lugar, que el animal estará más asustado que usted. Hágale saber que usted es más grande, alce los brazos y hable fuerte. Se irá, pero ante un peligro o falta de capacidad en el manejo llame al 9-1-1. Se debe tener cuidado ante ellos, pero es un afortunado si logra ver uno.

Han habido avistamientos recientes de pumas en Escazú y Tibás. Foto: Archivo /Ian Thoman.

Coyote. Se acerca donde hay gente que tiene animales domesticados como conejos, gallinas, perros, gatos y puede verse tentado a comérselos.

Su nombre común proviene de la palabra, coyotl del idioma náhuatl (de los aztecas). Es el can silvestre costarricense más grande y su población aumenta debido a la desaparición de pumas y jaguares.

Con los coyotes es mejor tener prudencia. Foto: Kevin Lloyd para LN

También puede ser intimidado alzando brazos, como el puma, pero no se acerque al coyote o al grupo, no lo mire a los ojos pero tampoco lo pierda de vista. Retroceda lento, sin dar la espalda. No corra. Jamás lo alimente.

El pájaro bobo. Tiene como característica principal el hermoso plumaje y la cola en forma de raqueta.

Esa cola la mueve de un lado a otro y por eso, en otros lugares se le conoce como pájaro reloj. Hace alguno años era común venderlo en mercados de la ciudad.

La foto de un lindo pájaro bobo en exhibición. Foto: Lilliam Arce (Lilliam Arce)

En la cultura huetar se le conoce como pájaro juto o coicote y su canto en el mes de abril es el anuncio para sembrar maíz, arroz y frijoles. También se dice que es el ave que cura a otras aves enfermas.

Lechuza majafierro. Es de las más pequeña que existen en el país, no es tan común de ver, se camufla muy bien. Es activa al amanecer y al anochecer. Se alimenta de insectos, de otras ave y está donde hay árboles.

La lechuza majafierro es poco conocida. Foto: Archivo. (albert marin)

Soterrey cucarachero. Es un pajarito pequeñito que se camufla bien y anda en las marañas. Tiene un canto muy particular que se escucha más de los que se ve. Es de los pájaros nuevos en la ciudad. Es un controlador de invertebrados.

La parte de aves está hecha con recortes y dibujos. fotografía de Lilliam Arce (Lilliam Arce)

Cabecigualdo. Antes estaba asociado a la bajura, a zonas cálidas, ahora se ve en edificios en el puro San José. Llega a medir 41 centímetros y come algunos vertebrados. Su cabeza y la parte inferior del cuerpo es beige, pero las alas y la espalda son de color café oscuro.

Las águilas caracara cabecigualdo son comunes en edicios como el del Ande, en San José. Foto: Archivo. (Internet)

Perezoso de dos dedos. Se puede ver en La Carpintera, en la UCR, en San José, en Alajuela, está asociado a parques y bosques.

Comen hojas y flores y son nocturnos. Casi todas sus actividades las hacen en las ramas de los árboles y sus garras son fuertes y poderosas, con las cuales, puede defenderse de algunos de sus depredadores, como aves, algunas serpientes y mamíferos, principalmente felinos. Hay una familia viviendo en las cercanías del parque Simón Bolívar.

El oso perezoso estará presente donde hay bosque. Foto Archivo / Carlos Luis de la Rosa

Zorro pelón. También se le conoce como zarigüeya o simplemente zorro. Tiene grandes conflictos con el humano porque se alimenta de todo por lo tanto suele aparecer donde hay un mal manejo de basura.

Tiene camadas de seis a 20 crías, pero solo nueve sobreviven porque es el número de glándulas que tienen las hembras. Eran muy comunes en los barrios donde aún había zonas silvestres.

El zorro pelón es familia de los canguros, pero parece un roedor. Fotografía de Lilliam Arce (Lilliam Arce)

Pizote. Come de todo, por lo tanto es atraído por el mal manejo de basura. En Escazú se reportan manadas numerosas. Son ágiles en la tierra y en las ramas y son familiares de los mapaches.

Muchos pizotes se ven por el lado de Escazú. Esta foto es por Cinchona. Foto: Archivo. (CARLOS GONZALEZ CARBALLO.)

Murciélagos. Son nocturnos y se alimentan generalmente de insectos. Los que viven en el Valle Central son inofensivos para los humanos. Si se mete uno en su casa, prenda la luz y se irá.

En Costa Rica solo hay una especie que se alimenta de sangre de mamíferos y dos que se alimentan de sangre de aves, pero esas podrían encontrarse en zonas cercanas a la ciudad donde aún se dé ganadería, por ejemplo El Rodeo, Villa Colón o La Carpintera, pero difícilmente se acercarán a zonas urbanas.

El murciélago del valle Central es inofensivo. fotografía de Lilliam Arce (Lilliam Arce)

Mapache. Antes vivían en el bosque, pero como han desaparecido han buscado otros espacios y otras presas. Llegan a las casas porque hay disponibilidad de comida fácil. Si no los quiere cerca, haga un buen tratamiento de la basura.

El mapache es de los mamíferos más conflictivos con el humano, come de todo y es atraído por la basura. fotografía de Lilliam Arce (Lilliam Arce)
Franklin Arroyo

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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