¿Qué significa ser familiar de la novia del Cementerio General? Para que nos respondieran esa pregunta le tocamos la puerta a los familiares del matrimonio Amerling-Otoya. Un bisnieto, Wálter Amerling, de 51 años, nos atendió muy amablemente.
Gracias a los amigos de Cazadores de mitos e historias del más allá, Israel Barrantes y Federico Vargas, logramos ingresar con don Wálter al mausoleo de sus bisabuelitos, quienes hace más de 100 años protagonizaron una bella historia de amor.
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“Vieras que en la familia nos acostumbramos a que este mausoleo fuese conocido como la tumba de la novia… y la verdad, también le dicen de otras formas porque se han construido varias leyendas.
"Lo cierto es que ahí no hubo nunca, ni hay una novia”, nos explicó don Wálter el pasado sábado 10 de febrero, a eso del mediodía, cuando nos citó para entrar a visitar el Cementerio General sobre avenida 10 en San José.
Don Wálter se refiere a que el mausoleo de doña Luisa y don Antonio, ha sido conocido siempre como "la tumba de la novia”, porque la gente está convencida que ahí descansa en paz una novia que dejaron abandonada en el altar, minutos antes de casarse, también hay quienes dicen que es la tumba de una novia que murió ya casada, pero no pudo consumar el matrimonio, así que murió virgen.
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“Me cuentan mis papás (don Johnny Amerling y su esposa doña Irma Cecilia Quesada) que todo comenzó cuando mi tía abuela, doña María, se casó y días después se fue al cementerio y le ofreció su matrimonio a la abuela, doña Luisa, entonces le colocó el buqué de su matrimonio en las manos de la escultura.
“La gente que llegaba al Cementerio General y veía la escultura con un buqué comenzó a decir que ahí estaba enterrada una novia y así se construyeron varias leyendas, pero la verdad es que ahí no hay ninguna novia, los que están son mi familia y doña Luisa falleció mucho tiempo después de casada”, contó don Wálter.