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“Brujas del mar” se unen para dar empleo a otros

El retiro de licencias a barcos camaroneros dejó sin trabajo a peladoras de camarón puntarenenses quienes ahora fundaron cooperativa y venden señuelos de pesca

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Flor Rivera lidera Coope Brujas del Mar, la cooperativa que formó junto a 11 mujeres más y un hombre y que se encargan de hacer señuelos de pesca para la venta.

Flor Rivera es la líder de la cooperativa Brujas del mar en Puntarenas. (Cortesía)

Esta jefa de hogar, madre de tres hijos, dos de ellos aún menores de edad, y una nieta de siete meses, nos contó que en el 2018, cuando se le retiraron las licencias a los barcos camaroneros para seguir ejerciendo la pesca de arrastre, unas 400 mujeres que se dedicaban a pelar camarón, quedaron sin brete.

Ella tenía 14 años de dedicarse a eso y algunas empezaron a hacerlo desde niñas.

Al quedarse sin sustento para llevar a sus casitas, se vieron en la necesidad de buscar qué hacer y como de brazos cruzados no iban a hacer nada, se pusieron a buscar soluciones y se capacitaron con ayuda de varias instituciones para empezar su propio negocio.

“Todas vivíamos en ese momento de pelar camarón en las pescaderías y cuando entró el último barco y nos quedamos sin trabajo, empezamos a agruparnos y en Incopesca comenzamos a hablar para ver qué se hacía y la mayoría son mujeres jefas de hogar y aunque tengan esposo, aquí en Puntarenas el trabajo es escaso y mal pagado y siempre uno debe ayudar en la casa”, explicó Rivera.

Desde el 2019, poco antes de la pandemia, lograron juntarse y empezaron a confeccionar y vender señuelos de pesca y llaveros de madera para entre eso y pelando los camarones cultivados en río ganarse los frijolitos para ellas y sus familias.

Se sostienen con una cuota mensual de ¢5.000 que da cada miembro más las pocas ganancias que logran generar.

Los señuelos son hechos a mano por los 13 miembros de la cooperativa. (Cortesía)

Se llaman Brujas del Mar y están conformados por 12 mujeres y un hombre, José Ángel Zeledón Martínez quien se encarga de trabajar los moldes de madera, mientras ellas le meten el alma (un hierrito para enganchar el anzuelo), lo sellan, lo lijan y los pintan.

“El nombre se eligió porque a las sirenas se les conoce como brujas y como somos en mayoría mujeres, decidimos escogerlo. Y del mar por el vínculo primero con el camarón y luego los señuelos”, contó doña Flor.

El grupo fue apoyado por el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA), la Federación Costarricense de Pesca (FECOP) y el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), quienes les facilitaron las capacitaciones con expertos estadounidenses para que aprendieran a crear los señuelos y con el tiempo y la práctica han ido mejorando la técnica.

“Antes de la pandemia teníamos un pedido de 500 señuelos que eran los primeros que hacíamos y por dicha no los entregamos porque estaban mal hechos, pero los mejoramos conforme fuimos aprendiendo mejor los secretos”, explicó Jacqueline Membreño García, otra de las integrantes de la cooperativa.

Empujonzote

Lo que más les ha costado es colocar sus productos por eso ahora que la tienda de navegación CR Marine Supply, puso a disposición sus locales para la venta de los señuelos, sin cobrarles ni un cinco de comisión, les está pegando un empujonzote y esperan a partir de ahora arrancar en serio con el proyecto.

Gracias a una donación de la ONU lograron acondicionar el taller en el patio de la casa de Flor. (Cortesía)

“Nuestro objetivo es ser una plataforma para que ellas puedan exponer y vender sus productos. Además, queremos brindarles asesoría en el negocio y apoyarlas para que crezcan y que cada vez más mujeres de la zona se unan y juntas salgan adelante”, comentó Vinicio Monge, gerente general de CR Marine Supply.

Actualmente confeccionan popper, paseantes y paletudos, señuelos para río, estero y mar. Utilizan madera de cedro, pino y melina, así como poliuretano, plomos, pintura, resina, entre otros materiales.

“La madera la conseguimos reciclada de la playa o en una mueblería que nos regala los cabitos que les quedan y hacemos los señuelos de entre 2 y 10 centímetros, así como los llaveros también de dos centímetros”, dijo Membreño.

Todo el trabajo de confección lo hacen en el taller que acondicionaron en el patio de la casa de doña Flor, localizado en Bellavista 1ro de Mayo, Puntarenas, gracias a una donación del la Organización de Naciones Unidas (ONU). Al principio solo habían puesto una manta para protegerse del sol.

Los señuelos se pueden encontrar en las tres tiendas físicas de CR Marine Supply ubicadas en la Marina Pez Vela, Marina Los Sueños y próximamente, en la Marina Flamingo, así como en su tienda en línea.

Los productos están a la venta en CR Marina Supply. (Cortesía)

“Para Grupo Montecristo estas iniciativas nos enorgullecen, porque reafirman nuestro compromiso con diversas comunidades y grupos, facilitándoles herramientas que les permita salir adelante y llevar sustento a sus hogares. La suma de pequeñas acciones indudablemente genera grandes cambios”, añadió Monica Nagel, directora de Relaciones Corporativas de Grupo Montecristo.

Si usted quiere comprar los productos de estas breteadoras puntarenenses puede contactarlas al 6107-3023, al correo brujasdelmarcr@gmail.com o mediante el Facebook Predador Lures.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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