Es muy posible que miles de personas pusieron el despertador, este domingo 27 de noviembre, al filo de las 4 de la mañana para ver la mejenga entre Costa Rica y Japón en la Copa Mundo Qatar 2022, pero don Alonso Ramírez Guevara, no fue uno de esos,; por el contrario, él se levantó una hora para alistarse con tiempo, desayunar y así poder ver tranquilo a la Sele.
Con la roja de todos los ticos bien pegada al pecho y lleno de orgullo, a este vecino de El Carmen de Cartago, nos lo encontramos arreando su carreta con bueyes en pleno Paseo Colón de San José, durante la edición 24 de la Entrada de Santos y el Desfile de Boyeros 2022, evento que no se realizó en 2020 y 2021 por la pandemia y que este año convocó a más de 300 boyeros.
“Me levanté a las tres de la mañana solo a alistar el desayuno, porque desde el sábado alisté bien la carreta y los bueyes. Como sabía que me venía para el desfile de boyeros, quería terminar de afinar todos los detalles antes de las cuatro y así disfrutar el partido tranquilo.
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“A la Sele se le apoya siempre, en todo momento, por eso estuve fiel; incluso, antes del pitazo inicial ya había desayunado gallopinto con huevitos, café y pan. Me senté frente al televisor con mucha fe, yo sentía que nos iba a ir bien”, nos comentó el brumoso, mientras hacía avanzar a sus bueyes Huesos y Rayo, los cuales tienen 3 años de edad.
Este boyero nos hizo un pequeño análisis del Costa Rica-Japón mientras desfilaba. “Yo vi bien a la Selección, mucho mejor que en el primer partido. Se sufrió, eso está claro, pero se sacó la tarea. Ellos (los jugadores) se entregaron hasta el final y nosotros debemos apoyarlos igual”.
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Consideró don Alonso que los boyeros y la Selección tienen mucho en común. “Ambos somos representantes de lo que es ser costarricense, de nuestras costumbres y de lo que el pueblo quiere. El boyero, al igual que el jugador de la Selección, es un embajador de las raíces de Costa Rica; además, el agricultor, el que trabaja con una carreta con bueyes, es muy esforzado y ocupa de gran energía, así como cada seleccionado”, consideró el cartaginés.
Con la seguridad y la fuerza de un boyero de pura cepa, nos dijo: “A mí me encantaría que España y Alemania empaten porque Costa Rica, estoy seguro, les saca el triunfo a los alemanes”. Después de ese comentario, junto a su esposa, Gabriela Cabezas y el hijo de ambos, Mateo Ramírez, quien tiene un año y cinco meses y ya es un enamorado de los bueyes.
“Cada 25 de noviembre se celebra el aniversario de la declaratoria del boyeo y la carreta costarricense como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, establecida por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, las Ciencias y la Cultura (UNESCO)”, según el Ministerio de Cultura.
“El país recibió este reconocimiento en noviembre de 2005 por considerarse que, no solo constituye un símbolo y referente de la identidad cultural del costarricense, sino que su singularidad y significación le merecen reconocimiento a escala mundial”, explicó Cultura.
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El desfile sirvió para rendirle un especial homenaje a la niña boyera Angela María Valverde Mora, quien tiene 9 años de edad, vecina de Salitrillos de Aserrí; a Tomás Soto Chaves, de 6 años de edad, vecino de San Isidro de Alajuela y a Francisco “Chico” Montero, a quien se le brinda este homenaje por su dedicación en el rescate de las tradiciones y el boyeo.
Ellos fueron seleccionados por la Asociación Boyera Costarricense, para destacar, además, el apoyo a la preservación del boyeo como tradición familiar.