La ciudad de Boston se fundó el 7 de setiembre de 1630, o sea, tiene justo 393 años, está a siete años de cumplir los 4 siglos de fundada y gracias a una política fuerte en el tema de la conservación, las calles y edificios tienen materiales de hace muchísimos años, de hecho, se podría decir que sería el paraíso del ya casi exalcalde de San José, Johnny Araya, porque está toda adoquinada.
Y para que le guste más a don Johnny, hay adoquines de diferentes formas, incluso, en la prestigiosa universidad de Harvard y otros edificios, es normal que haya adoquines hasta en el techo.
Boston pertenece al estado de Massachusetts en Estados Unidos y La Teja está aquí porque este miércoles 6 de marzo Alajuelense juega por la Concacaf contra el New England Revolution, el equipo de “soccer” de la ciudad.
El partido
— La mejenga es a las 5 p. m. hora tica y se la puede tirar por ESPN 2
“Bienvenido a la ciudad de los campeones”. Escucha uno en los parlantes del aeropuerto cuando recién llega y es cierto: el equipo de fútbol americano, los Patriotas, han sido campeones nacionales; el equipo de baloncesto, los Celtics, es el club más ganador de la NBA (17 títulos, al igual que los Lakers) y ni qué decir de su equipo de béisbol, los Medias Rojas, quienes tienen nueve Series Mundiales ganadas, la última en el 2018.
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El costarricense Eduardo Araya, quien tiene más de 30 años de vivir en Boston, nos contó que hablamos de una ciudad “muy conservadora y que valora mucho sus construcciones antiguas, las cuales casi ni tocan y si lo hacen siempre respetan el diseño original”, comenta este bostoniano nacido en Tibás.
Es una ciudad con enorme tradición militar, de hecho, aquí en Boston se protagonizaron varias importantes batallas durante la Revolución estadounidense contra Inglaterra que se conoce como la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.
Este martes 5 de marzo La Teja estuvo en el puritico corazón bostoniano y pudimos comprobar que hay una pasión por Harvard, por los equipos deportivos y por sus monumentos, ya que recuerdan lo que les costó, en vidas humanas y sangre, haber logrado la independencia.
Llegamos a una ciudad muy activa, llena de presas enormes en las horas pico, que son las mismas que en Costa Rica y también a una ciudad que se cansó de que sus carreteras crecieran para arriba y comenzaron a crecer para abajo, construyeron túneles para el tránsito vehicular.
En estos primeros días de marzo Boston está frío, muy frío para un tico. La noche del pasado lunes incluso llegó a los cero grados centígrados y si le agregamos que no deja de caer un pelito de gato, el asunto se pone más frío todavía.
Por supuesto, cuando se habla con un bostoniano puro siempre tienen que referirse a la universidad de Harvard, el Colegio de Música de Berklee, la universidad de Massachusetts y el Tecnológico de Massachusetts (MIT). Cunas de la educación estadounidense que gozan de gran prestigio.
Nos paseamos por el puritico corazón de Boston y todo es orden, no hay basura en el suelo, al menos nosotros en dos días no hemos visto indigentes o cualquier otro tipo de persona pidiendo plata en la calle y hay muchos “barriles del chavo” por todos lados.
Esos barriles los usan como parte de los adornos que sirven para recordar que la ciudad fue pieza fundamental en las batallas de Independencia, ya que en ellos se almacenaba la pólvora. También hay como carreticas con ruedas que adornan, siempre buscando causar el mismo efecto conmemorativo.
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Es una ciudad muy linda y seria, siempre anda de traje entero. No hay grandes escándalos como en otras ciudades gringas. Aquí la gente se levanta, trabaja, vuelve a su casa y se divierte sin hacer mucha bulla…por cierto, me fue imposible escuchar en algún lado, al menos, una canción de Karol G, ya que no pude ir al concierto.
Ni la conocen los bostinianos, una muchacha salvadoreña que trabaja en un restaurante de comida rápida me dijo que sí la conocía y que le gusta mucho su música, pero los bostonianos, nada.