Aportan pocas calorías
Adecuadas para todas las personas y especialmente para quienes siguen una dieta de adelgazamiento, pero sin abusar de los aderezos.
Además, comenzar la comida con una ensalada sacia y reduce el apetito, lo que interesa en estas circunstancias.
Cuidan el corazón
La abundancia en antioxidantes (beta-caroteno, licopeno, vitamina C, vitamina E, entre otras) en los vegetales convierte a las ensaladas en platos aliados del corazón bloquean la acción dañina de los radicales libres, sustancias implicadas en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y el cáncer.
Mejoran la digestión
El ligero sabor amargo de hortalizas como la escarola, alcachofa, el rábano o el apio, estimula el funcionamiento de la vesícula biliar y del hígado.
Además, los germinados (soja, alfalfa, berro, rábano) enriquecen la dieta en enzimas y esto es esencial en la digestión de los alimentos.
Previenen la anemia
La falta de hierro o de ácido fólico se relaciona con distintos tipos de anemia.
Las verduras de hoja verde como la acelga, espinaca, berros o escarola, son ricos en clorofila (con demostrados efectos anti-anemia), folatos y hierro, nutrientes capaces de prevenir la anemia.
Para aprovechar mejor el hierro vegetal (hierro no hemo) se aconseja acompañar el menú con alimentos ricos en vitamina C, como cítricos, kiwi, frutas tropicales, tomate, pimiento y otros.
Además, por su contenido en folatos (ácido fólico), las ensaladas son imprescindibles en la dieta de la mujer embarazada para prevenir graves trastornos en el bebé.
Son sabrosas y nutritivas
Hojas de lechugas diversas, escarola, espinacas, cebolla, pepino, ajo, zanahoria, remolacha, tomate, espárragos, apio y chile.
Cuanta más variedad de hortalizas y verduras incluya la ensalada mayor es la riqueza nutritiva y esto se traduce en mayor vitalidad y energía.
Como complemento del aderezo puede agregar semillas de ajonjolí, el germen de trigo u otros productos dietéticos que enriquecen el plato con vitaminas y minerales que tienen un sabor agradable.
Acá un par de recetas
Ensalada energética. Combinar los vegetales con arroz, pasta, patata o legumbre es la manera idónea de convertir una ligera ensalada, un plato energético y nutritivo. Crudas, partidas en juliana o en trozos pequeños, rehogadas y mezcladas con esmero, dan un toque diferente y jugoso al plato.
Ensalada de frutas. Combinar los sabores vegetales y ligeramente amargos de algunas hortalizas, con el toque dulzón y ácido de las frutas, es un deleite para los sentidos.