El jengibre se ha utilizado para tratar afecciones intestinales, especialmente en lo que se refiere a problemas digestivos. Parece ser que, al estimular el páncreas, aumenta la producción de enzimas que favorecen la digestión y evita la aparición de efectos secundarios relacionados con una mala absorción de los mismos.
Dolor: el jengibre es un buen antiinflamatorio y analgésico. Puede ayudar a reducir el dolor de enfermedades inflamatorias, como la artritis, en cualquiera de sus manifestaciones.
Cáncer de piel: investigadores de la Universidad Dermatológica de Case Western encontraron que el aceite de jengibre ayuda a prevenir el cáncer de piel (el menos en estudios preliminares). Los investigadores cubrieron ratones con aceite de jengibre y luego los expusieron a los químicos que producen cáncer. El jengibre frenó el crecimiento de cáncer de piel en los ratones. Los investigadores continuarán en esta investigación.
Antioxidante: El jengibre contiene propiedades antioxidantes que ayudan a combatir a los radicales libres, sustancias que pueden causar enfermedades degenerativas y adelantar el envejecimiento.
No abuse: el jengibre puede interactuar con ciertos medicamentos anticoagulantes o interferir con la absorción de ciertas sustancias, como el hierro. Su utilización en exceso puede producir acidez gástrica.