Aurora Murillo Hidalgo es una bebita de año y cinco meses que vive en Heredia y desde hace varias semanas está demasiado feliz porque sus papás le regalaron un carrito eléctrico para que le sirva de ejemplo sobre el camino verde, con protección del ambiente, que debe seguir.
Justo en este Día del Niño celebramos a esa nueva generación eléctrica que va en aumento. Son esos niños que nacen dentro de un hogar en el cual no hay un carro de gasolina o diésel, sino un carro eléctrico.
Es casi un hecho que Aurorita será de los pequeñitos que no conocerán una gasolinera y eso pone muy contentos a sus papás, quienes compraron un vehículo con esta tecnología incluso sin saber que la bebé venía en camino.
“En agosto pasado cumplimos dos años de tener carro eléctrico. La anécdota es que dos días antes de que nos lo entregaran nos dimos cuenta que estábamos embarazados. Cuando nos confirmaron que podíamos ir por el auto, fuimos tres en lugar de dos.
“Ni mi esposa (doña Kristel Hidalgo) ni yo habíamos tenido carro antes y cuando analizamos la opción de tener uno coincidimos en que debía ser eléctrico. Sin saber que seríamos papás ya pensábamos en que el objetivo era luchar por dejarle un mejor planeta a nuestros hijos que el que recibimos nosotros”, comentó don Óscar Murillo, el papá de Aurora.
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100% eléctricos
Hace dos años, cuando el matrimonio comenzó a buscar un carro eléctrico, reconoce que no había tantas opciones como ahora, pero cuando vieron el que ahora tienen fue amor a primera vista, o mejor dicho, a primera manejada.
“No le puedo negar que en algún momento sí analizamos la opción de un carro de gasolina, sin embargo, después de analizarlo profundamente dijimos que si no estábamos amarrados con ningún carro, lo mejor era empezar con uno eléctrico”, recuerda el papá.
Los que crecimos con carros de gasolina por todos lados podría que no comprendamos que Aurora no conoce el olor a gasolina o que un carro tenga mufla, mucho menos que al encenderlo la faja de distribución haga un chillido espantoso. No sabe tampoco la bebé sobre cocheras con manchas de aceite o de radiadores con el tapón malo y por eso se sale el “Coolant”.
“Es bueno que ella viendo nuestro ejemplo logre volver totalmente normal las tecnologías más amigables con el ambiente, ese es el objetivo del por qué nos decidimos por un carro eléctrico, contaminar menos”, reconoce don Óscar.
El papá reconoce que su hija es una nativa eléctrica. “Estoy seguro que Aurora va a ver los carros de gasolina como algo raro y sí es cierto que también verá como algo raro las gasolineras, de hecho, jamás ha entrado en una”, confirmó don Óscar.
Precisamente haberle regalado un carrito eléctrico de juguete a Aurora es pare de toda esa mentalidad de amor a la naturaleza que ellos lucharán por consolidar dentro del hogar.
“Todavía no llega a los pedales, ya casi, le encanta mover el volante. Es un excelente regalo para confirmarle que ese es el camino, la tecnología eléctrica. Aurora no jugará haciendo que carga su carrito en una gasolinera sino en un conector eléctrico, eso es lo que queremos.
“Para nosotros tener un vehículo eléctrico va más allá de solamente movilizarnos, tenemos inclusive una comunidad de todos los que tenemos un AION en la que compartimos nuestra experiencia y nos sentimos muy satisfechos y orgullosos de ser parte de ser cambio hacia una movilidad más sostenible en nuestro país”, reconoce el papá.
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Nativos eléctricos
Silvia Rojas, directora ejecutiva de la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (Asomove), justo lo que está viviendo Aurorita lo viven miles de niños en el planeta ya que como ella misma confirma, la tecnología eléctrica avanza rápidamente.
“Cada día hay más información y más oferta de vehículos eléctricos por eso cada vez hay más familias que se olvidaron del carro de gasolina o diésel y sus hijos nacieron y viven conociendo solo uno eléctrico por eso sí, son niños nativos eléctricos, así como conocemos el concepto de nativos digitales.
“Estoy convencida que en unos 20 años las actuales nuevas generaciones nos van a preguntar por aquellos carros a los que les echábamos gasolina y escucharán extrañados que los carros tenían una cosa por la parte de atrás que se llamaba mufla y por ahí les salía humo, justo como ahora uno habla de los teléfonos de la casa que había que discar para hacer una llamada o los Walkman”, comentó doña Silvia.
Según los datos oficiales en el país comenzaron a ingresar autos eléctricos desde el 2010, ese año en total fueron 208 los importados. Año con año fue subiendo el número, pero en pocas cantidades, el total de eléctricos alcanzó los 282 en el 2011, 393 en el 2012, hasta que llegó el 2018.
Ese 2018 el país firmó una serie de beneficios para los carros 100% eléctricos y eso provocó una explosión en la importación y se pasó de cientos a miles: una flotilla total de 1.654 en el 2018, 2.388 en el 2019, 3.299 en el 2020, 4.634 en el 2021, 6.519 en el 2022, y hasta agosto pasado se alcanzó la cifra de 9.759 (1.200 de esos son motos y 1.509 equipo especial).