La mamá de Beatriz confirmó durante los dos días de audiencia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) del sonado caso, Beatriz contra El Salvador, que su hija quería vivir para su primer hijo y por eso decidió interrumpir su embarazo.
No se reveló el nombre de la mamá nunca, ella y su familia prefieren que la conozcan así, como la mamá de Beatriz.
“Ella (Beatriz) estaba decidida a la interrupción del embarazo porque quería vivir y así atender a su primer hijo que para aquel tiempo (2013) todavía ni caminaba. Yo le dije que la apoyaba en la decisión que tomara. Su familia siempre estuvo al lado apoyándola”, explicó la mamá durante el interrogatorio.
Humberto, el hermano de Beatriz, recordó: “lo que vivió mi hermana y lo que vivimos como familia fue algo muy duro. Lo que queremos es que esa realidad tan dura no la viva ninguna otra mujer salvadoreña nunca más. Esperamos que el estado salvadoreño sea condenado”.
El caso tiene que ver con la denuncia por posibles violaciones a los derechos de Beatriz y su familia debido a la supuesta prohibición absoluta de la interrupción voluntaria del embarazo en El Salvador, lo que le habría impedido hacerse una interrupción legal, temprana y oportuna al tratarse de una situación confirmada (por hasta 15 especialistas) de riesgo a la vida, salud e integridad de Beatriz.
Beatriz en la época de los hechos (2013) tenía 20 años y vivía en extrema pobreza en el cantón La Noria Tierra Blanca, municipio de Jiquilisco, El Salvador. Se le diagnosticó lupus eritematoso sistemático, nefropatía lúpica y artritis reumatoidea.
En febrero de 2013 a Beatriz se le confirmó su segundo embarazo de once semanas y le dijero que era de alto riesgo.
El 7 de marzo de 2013 le diagnosticaron que existía una malformación congénita del feto con anencefalia (el bebito no tenía completamente formado su cerebro ni el cráneo) por lo cual al nacer era un hecho que moriría a las pocas horas.
A Beatriz le dijeron que si el embarazo avanzaba existía la probabilidad de que ella muriera, por eso, explicó la mamá, fue que decidió interrumpir su embarazo.
El 3 de junio del 2013 Beatriz comenzó con trabajo de parto, por lo que le hicieron una cesárea, y el bebé anencefálico falleció cinco horas después, ella pasó varios días en una Unidad de Cuidados Intensivos, pero poco a poco se recuperó.
El Código Penal de El Salvador impone una condena de 2 a 8 años de cárcel por abortar, pero fiscales y jueces consideran con frecuencia los casos de pérdida del bebé como homicidio agravado, delito que se castiga con penas de 30 a 50 años de prisión.
Beatriz falleció el 8 de octubre de 2017 después de sufrir un accidente en motocicleta, cuando estaba a punto de cumplir 27 años.
La familia busca con la denuncia que se cambien las leyes salvadoreñas que no permiten actualmente bajo ninguna circunstancia el aborto. Este caso es el primero en la historia de la CIDH que podría durar varios meses en dar su veredicto, no dieron fecha.