En algunos poblados del Valle de La Estrella, en Limón, reciben agua café, como si fuera barro líquido, cuando abren el tubo.

Eso es lo que ven salir los 3.100 vecinos de Guaria, Victoria, Júpiter, Siberia y Subasta desde hace varios años.

Don José Joaquín Chaves, expresidente de la Asada local, conoce muy bien este problema y ha empezado la lucha para darle agua digna y potable a sus vecinos.

Algo de lo más increíble es que la planta de tratamiento que les da el servicio es el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), que retomó la administración desde finales del 2014 luego de detectar que la Asada no lo podía asumir.

Esta situación hace que los abonados sientan temor de consumir el líquido y tienen inconvenientes hasta para lavar la ropa, que se mancha toda, y más si es blanca.

“La mayoría de los pobladores de esta zona son trabajadores de las empresas bananeras, de recursos limitados y muchas veces para lograr que el agua salga limpia hay que dejarla correr hasta por una hora, ¿se imagina, además del desperdicio, lo que significa eso en el recibo? Tampoco se pueden costear un filtro y hay que estar comprando agua embotellada para consumo, son muchos gastos a los que hay que hacer frente por este mal", explicó Chaves.

Garantizan potabilidad

Consultamos al AyA sobre este tema y el ingeniero Jorge Madrigal, rector de la región Caribe de la institución, aseguró que el agua que recibe la población es potable y que así lo certifica el Laboratorio Nacional de Aguas. Informan que la coloración se debe al exceso de manganeso y de hierro que tiene el líquido que reaccionan así cuando entran en contacto con el cloro.

“El AyA es consciente del problema y se está diseñando una planta nueva que se terminará de hacer en menos de un mes y hay un compromiso para que antes de seis meses estén implementadas las mejoras en la planta de tratamiento de Guaria”, explicó Madrigal.

“Hemos hecho mejoras a la planta y dieron buen resultado. Antes los problemas eran más marcados, por eso desarrollamos una investigación para ver los orígenes y cómo los solucionábamos”, agregó el funcionario.

Según Madrigal esta situación del color se da solo por ratitos, pero Chaves asegura que a veces deben mantener la llave abierta hasta una hora para que el agua salga limpia. Ante eso Madrigal asegura que eso les puede pasar a los que viven en la parte más baja del acueducto.

Una alta exposición al manganeso puede provocar efectos similares a la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, no es muy probable que ponga en riesgo la salud en las cantidades en que se encuentra en el agua cruda y potable. Sí puede tener efectos como la turbiedad del agua, altera su sabor y mancha la ropa, como lo saben bien en el Valle de La Estrella.

“Tengo muestras de agua guardadas desde el 2016 y el fondo tiene una costra negra, o sea, para mí eso tampoco se deshace en el cuerpo. He interpuesto denuncias antes el Ministerio de Salud, la Defensoría de los Habitantes, la Aresep y hasta la Sala Constitucional y aún nadie nos da solución”, agregó Chaves

Este vecino de Valle La Estrella asegura que la comunidad incluso se organizó y le donó ¢93 millones al AyA para la construcción del pozo, tres tanques y una planta de tratamiento para quitar la turbiedad pero aún nada de nada.

¿Alguien del AyA se bebería un vaso de agua de esos? Es muy probable que no.