El barista acosteño, Randall Gamboa Quesada, de 24 años de edad, cuando era pequeño jugó en las ligas menores de Saprissa y sentía que en el fútbol estaría su futuro; sin embargo, conforme creció dejó la bola a un lado y comenzó a enamorarse del café, siendo con esta bebida que logrará cumplir su sueño de ir a un mundial.
Entre el 16 y el 17 de junio pasado, el vecino del puro centro de San Ignacio de Acosta, participó en el campeonato nacional de Aeropress (una técnica particular de hacer café caliente).
Le tocó luchar contra 51 rivales de todo el país en 17 rondas eliminatorias. Esa participación nacional fue una de las más grandes de la historia. Se formaron 17 tríos de los que solo un concursante pasaba a la siguiente ronda.
Se llegó a la fase en la cual quedaron nueve semifinalistas en tres tríos y de cada uno salió un finalista, Randall el ganador del título nacional, logrando automáticamente su tiquete al Mundial de Aeropress Lisboa (Portugal) 2024, el cual será entre el 19 y el 21 del próximo setiembre, participan 60 países.
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“El título nacional de Aeropress es lo más grande que he logrado en el barismo porque me abrió las puertas del mundial. Sé que debo prepararme bien duro y en eso estoy, probando cafés de todo el mundo para lograr llevar una muy buena propuesta”, nos contó el acosteño desde España.
Este 2024 se le ha cargado de títulos nacionales al acosteño, ha levantado tres copas: ganó en enero el Campeonato Nacional de Leches Vegetales, logró el subcampeonato nacional en el Campeonato de Baristas La Pastora, en Tarrazú (subcampeonato que le dolió mucho porque tenía todo para ser el campeón y no lo logró); hace 15 días levantó el título del Campeonato Nacional de Coldbrew (café frío).
“El café frío es una de mis pasiones desde el colegio. Siempre lo he preparado y hasta tengo un emprendimiento de venta de café frío embotellado. Me tocó en el 2017 hacer la práctica profesional del colegio con café frío y ahí le agarré más cariño”, comenta el campeón nacional.
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Entre el fútbol y el violín
No siempre fue el café la gran pasión de Randall, a pesar de que creció en medio de los cafetales de Acosta. Su primer gran amor fue el fútbol. Era un muy buen lateral derecho, pero también cubría bien la banda izquierda.
Arrancó su proceso en una escuelita de Saprissa en Vuelta de Jorco (Aserrí) y ahí le vieron muy buena madera y lo llevaron a hacer prueba a las ligas menores de Saprissa, pero ya en la propia Cueva, el estadio Ricardo Saprissa.
También estuvo en la Academia de Mauricio Wright en el ST Center de Aserrí, en ese momento tenía como siete años de edad; además, pasó por la escuela de fútbol del exfutbolista Marco Tulio Hidalgo, ya para esa época andaba en los 10 años.
“Antes de los 12 años realmente sí sentí que lo mío era el fútbol y que sería futbolista profesional; sin embargo, como a partir de los 12 años, entrando los 13, comencé a soltar la bola y la cambié por el violín. En realidad, ya había comenzado con el violín desde los 9 años, hacía las dos cosas.
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“Como estudié en el Colegio Técnico Profesional de Acosta (CTP de Acosta) llevando la especialidad en Agroindustria Alimentaria, pues fue por ahí que me entró el café por primera vez en la vida. No llevé nada de café en el CTP, pero sí de cocina y fue como que el ambiente me conquistó”, recuerda.
Reconoce el acosteño que no tomaba café, le gustaba muy poco hasta que en quinto año de colegio tuvo que hacer una pasantía durante 15 días en una cafetería, lo probó y por primera vez vio el proceso de creación de una taza de café y se enamoró.
“En enero del 2017 llevé el curso básico de barista. Comencé de cero en la Academia Costarricense del Café con la profesora Ligia Arpeche. En ese curso confirmé que definitivamente el barismo era lo mío y que ahí me quería quedar para siempre.
“Como tenía alguna experiencia, poquita, creía que ya sabía demasiado y cuando llegué al curso me di cuenta que no sabía nada de nada, que no llegaba ni a aprendiz. El profesor Ricardo Azofeifa me contagió de un amor tremendo por el barismo y así comencé a interesarme por aprender y mejorar”, reconoce el barista profesional.
Randall no quiso olvidar que en el 2019 participó por primera vez en un concurso nacional de Aeropress en la Feria del Café en Naranjo y no pasó ni la primera ronda.
Semanas después participó en el Campeonato de Filtrado y quedó de último, ahí usó por primera vez la técnica Aeropress. “Entendí que no era para nada bueno y comencé a capacitarme.
“Esa es la lección, aunque uno quede de último hay que seguir viendo al frente y concentrado en los objetivos”, asegura.
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