En el bar El Almendro, en Belén, los clientes salen a fumar afuera, como lo dicta la ley, pero la diferencia es que ellos no tiran las colillas al piso, ya que tienen unas cigarreras para depositarlas.

Según nos contó Omar Murillo, dueño del lugar, colocaron dos cigarreras en las afueras del local gracias a la iniciativa de la organización ecologista Green Heart.

Anteriormente, en la acera que está frente al lugar, podían recoger unas 100 o 150 colillas tiradas los viernes y sábados, días de mayor afluencia.

“Estéticamente se veía feo, mucha chinga en la acera, la alcantarilla se estancaba. También estamos conscientes de lo que contaminan y aunque en el bar tenemos basureros, la gente es perezosa. Pero no así con las cigarreras", comentó el dueño, quien luego recoge los residuos en un balde y se los entrega a la fundación.

Lily Cabezas, cofundadora de Green Heart, comentó que han colocado cigarreras en diversos bares de barrio Escalante y Ciudad Colón y nos explicó las razones de esta iniciativa.

“Todo empieza porque nos encontramos muchas colillas en las limpiezas que hacemos, al ser un residuo recurrente, nos comenzamos a preguntar qué las hacíamos, cómo le dábamos una solución. Así nació la idea de las cigarreras, con la intención de recolectarlas.

"Tuvimos conversaciones con el laboratorio de Química de la UCR y nos unimos para buscar soluciones y recuperar algo de las colillas”, comentó Cabezas, quien añadió que es mucho más común verlas tiradas en la zonas urbanas que en las playas.

La primera muestra que le entregaron a la UCR fue de ocho kilos, recolectados en cinco cigarreras durante tres meses.

La activista aseguró que esta alianza con la universidad dará muy buenos frutos, pues tienen la intención de recuperar partes de las colillas para reutilizarlas, sin impactar al medioambiente.

Por ejemplo, están analizando si algunas partes se puede utilizar para hacer tarjetas de presentación y el tabaco convertirlo en biocarbón o insecticida.

Es más, la organización quiere convertirse en un centro de acopio de colillas.

Si usted quiere cigarreras para su negocio puede comunicarse a fundaciongreenheart@gmail.com. Green Heart se compromete a recoger los residuos para su proyecto.

Tóxicas

El Programa de Prevención, Consejería e Investigación en Drogas de la Universidad de Costa Rica (Precid UCR) realizó en el 2015 un foro en el que se abordó el tema de la contaminación ambiental que generan las colillas de cigarro y su impacto en la salud de las personas.

En dicha actividad, Kathya Elizondo, de la Unidad de Gestión Ambiental de la UCR, comentó que las chingas de cigarro son desechos peligrosos ya que contienen componentes como cadmio, un metal pesado tóxico presente en las baterías, el cual se adhiere a las partículas del suelo.

Además, está presente el arsénico, que termina en los sedimentos del agua cuando se tiran las colillas al suelo. Asimismo, contienen nicotina, que en altas concentraciones es un insecticida.

Elizondo mencionó que, según estudios realizados por la organización Ocean Conservancy en el 2011, una sola colilla de cigarro contamina ocho litros de agua de mar y hasta 50 litros de agua potable. “Esto se debe a que la mayoría de los filtros son de acetato de celulosa, que puede tardar hasta 25 años en degradarse”, añadió.

Sin embargo, la activista Lily Cabezas asegura que hacen falta más estudios para aclarar el nivel de contaminación que generan.

Según el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia, los filtros del cigarro fueron creados a mediados del siglo pasado como una “cortina” para ocultar los peligros del fumado y para convencer a las personas de que son seguros aunque no filtren en realidad todas las sustancias dañinas para la salud.