Muchos pensábamos que el primer contacto que tuvo Tiquicia con el espacio se dio gracias a Franklin Chang Díaz en su primera misión, de las 7 que realizó, en 1986 pero al astronauta tico le ganó el viaje una banderita de Costa Rica, 14 años antes.
No, es paja, un pabellón nacional (ya que tiene nuestro escudo), un pedacito de tela con nuestros colores blanco, azul y rojo logró llegar a la Luna, el lugar más lejano que ha sido capaz de pisar el ser humano.
El pabellón se pegó un viaje espectacular en 1972, gracias a la operación del Apolo XVII, dirigida por Estados Unidos, la cual fue, de paso, la última vez en la que un ser humano troleó por la Luna.
La banderita espacial aterrizó en Tiquicia un año después de la misión espacial, ya que el gobierno de Estados Unidos se le obsequió al país. La famosa banderita y de la cual muchos costarricenses ignoran su existencia actualmente está muy bien cuidada en la Biblioteca Nacional, en Chepe.
Tampoco se imagine que es enorme, al contrario es pequeñita, tan solo un poquito más grande que un celular promedio. Debido al paso de los años está un poquito desteñida.
La minibandera formó parte de un grupo de obsequios que le hizo el presidente estadounidense de aquel entonces, Richard Nixon, a varios países del mundo y entre los cuales se tomó en cuenta a Costa Rica, que en ese tiempo estaba bajo el mandato de José Figueres Ferrer.
El otro obsequio que venía junto con la banderita era un fragmento de la Luna (ver nota aparte) y que acompaña al pábelllón dentro de una vitrina en la biblioteca.
De esta forma Costa Rica formó parte de los 130 países, aproximadamente, a los que Estados Unidos les hizo el preciado regalo.
Según Ronald Castro, investigador de historia, Costa Rica estuvo en el grupo, gracias a que Pepe Figueres y Nixon eran buenos compas.
"Nixon había venido en febrero de 1955 como vicepresidente en una misión de pacificación, porque en enero había ocurrido la segunda invasión de Nicaragua a Costa Rica, por lo que fue declarado huésped de honor en Heredia durante el gobierno de Pepe Figueres, por lo que ya se conocían", explicó el investigador.
Aunque la bandera fue hasta la Luna, es muy posible que no la hayan bajado de la nave espacial, debido a lo complejo de la operación.
El regalo espacial estuvo durante muchos años en el salón España en la Biblioteca Nacional, pero según doña Laura Rodríguez, directora de la biblioteca, ya tiene varios años de estar junto a ella dentro de la oficina.
Rodríguez reconoció que la banderita está un poquito escondida, pero que si alguna persona quisiera ir a verla ellos no le negaran la entrada a nadie.
"Cuando me cedieron la dirección, hace cuatro años, ya el regalo estaba aquí y se había traído porque en el salón España se realizan muchas actividades y les daba miedo que lo rompieran", comentó doña Laura.
Pese a que tiene 11 años de bretear en ese lugar, Rodríguez confesó que cuenta con muy poca información sobre este regalo tan especial.
Lo mismo pasa con doña Ana Isabell Vega, una de las empleadas de la biblio y que tiene más años de trabajar allí.
Doña Ana pronto cumplirá 42 años de trabajar ahí, por lo que cuando entró a trabajar ahí ya la bandera tenía cuatro años en ese lugar, pero no se enteró de su presencia hasta varios meses después cuando leyó sobre la banderita en un periódico.
Vega nos contó que la llave para abrir la vitrina se perdió hace varios años, por lo que nadie la ha podido tocar.
"A veces uno piensa que es mejor que se haya perdido la llave porque así está más segura", comentó doña Ana.
El mueble en el que está la banderita, por el significado que tiene, es uno de los más chineados de la biblioteca.
Por eso todos los días lo sacuden para que esté como un ajito, además se limpia con productos naturales para que la madera no se dañe.
No fue la única
Costa Rica ha estado muy presente en el espacio y no solo gracias a la banderita, ya que Franklin Chang se encargó de poner más artículos ticos en órbita.
Sin embargo, según el astronauta, ninguno de ellos existe porque la mayoría de las cosas que llevó eran para comer.
Por ejemplo, el tico les llevó a sus colegas café tico para que ellos probaran un yodito de otro mundo en el lugar perfecto.
Además, también les llevó guayabitas y cajetas, otros de los manjares que tenemos acá y que merecían el placer de tocar las estrellas.
Más recientemente un satélite tico llegó al espacio y de hecho se encuentra por allá breteando.
Hablamos del primer satélite costarricense que fue colocado en órbita el pasado 2 de abril, el cual fue fabricado por la Asociación Centroamericana de Aeronáutica y del Espacio (ACAE) y el Tecnológico de Costa Rica (TEC).
Aunque ese satélite nos llenó de orgullo, de la misma forma en la que lo hizo Franklin Chang en tantas oportunidades, la banderita de Costa Rica fue la que le abrió las puertas del espacio al país.