Esta semana será bastante particular porque reunirá a las tres más grandes pasiones de los costarricenses: fútbol, religión y política.
Por eso quisimos meternos un poco más en las raíces de los ticos y buscamos a un santacruceño orgulloso de la tierra en la que nació y en la que echó raíces. Ese guanacasteco llegó a este mundo con el don de contar historias, recitar copla, echarse bombas y amarrar retahílas al mejor estilo de sus abuelos y padres.
Se trata de don Eduardo Gómez, el famoso "Balo", quien conoce muy bien esas tres pasiones porque es un fiel defensor del ser costarricense.
“Con esos tres temas (política, fútbol y religión), bien hablados en una cantina, hasta los tragos saben más ricos. Es que todos somos expertos en esas pasiones así que nos tiramos bonito en cualquier momento que comienza la conversadera. El tico puede pasar horas hablando de fútbol, igual de religión o de política, amamos esas conversonas”, afirmó Balo.
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Este santacruceño ha tratado siempre de pasarle por la orillita a esos temas, porque sabe los broncones que se arman cuando la cosa se caliente. Eso sí, reconoce que ha compuesto retahílas para una rezadora, pero no para la religión en sí.
A la política tampoco le mete mano, aunque está bien definido con sus colores para esta segunda ronda, el fútbol prefiere disfrutarlo como un aficionado más, sin complicarse mucho.
“La esencia del tico cualquiera la puede encontrar en esos tres temas, somos un país democrático y sin ejército gracias a la política, se detienen hasta los relojes cuando juega la Sele y en Semana Santa las procesiones se llenan al tope. Estamos construidos con esos tres pilares, pero, como en política, religión y fútbol, nunca nos ponemos de acuerdo, yo recurro a lo que decían mis abuelos: 'cada quien mata las cucarachas como mejor puede'", comentó.
Para Balo, el tico entiende tan bien su esencia, que gasta la adapta a la tecnología.
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“Vaya usted a revisar un grupo de Whatsapp después de un partido de Saprissa o la Liga para que se de cuenta de las grandes vacilada a uno u otro, según el que ganó. Nos adaptamos, pero no cambiamos, seguimos siendo en esencia los mismos expertos políticos, licenciados en fútbol y conocedores de todo en religión", explicó.
De hecho, este apasionado folclorista se sorprende al ver como los ticos logran meter en las redes sociales esas pasiones.
“En el Facebook gritamos, pataleamos, lloramos y nos quejamos, exactamente igual que como lo hacemos en la cantina, por eso yo prefiero ir a la cantina. Pero sí me alegra que la gente ya perdió el miedo, las redes sociales nos permiten putear a gusto”, aseguró.