Como un reconocimiento a la entrega y vocación de los educadores y demás funcionarios del sector educativo que fallecieron por el covid-19, la Sociedad de Seguros de Vida del Magisterio Nacional sembró un bosque conmemorativo, como parte de su iniciativa “Un árbol, una vida”.
La siembra de 401 árboles se realizó en la finca El Quetzal de Vara Blanca, para representar a cada uno de los educadores, conserjes, funcionarios administrativos, cocineras y oficiales de seguridad que, al 15 de noviembre anterior, habían perdido la vida por el coronavirus.
Las especies que se sembraron son lorito, roble sabana, cortéz amarillo, cenízaro, cedro amargo, chancho blanco y ron ron.
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“El tributo de plantar un árbol es una manera natural y ecológica de perpetuar y conmemorar el alma de un ser querido para las generaciones futuras. Cada árbol es una representación simbólica y física de una historia y vidas compartidas”, explicó Georgina Díaz, gerente de la Sociedad de Seguros de Vida.
Díaz agregó que, a medida que las raíces se afianzan en el suelo y florecen, estos árboles facilitan el establecimiento y la continuación de una herencia duradera.
Este bosque no solo realizará un homenaje, sino que traerá beneficios al ambiente, como purificación del aire y refugio a diferentes especies de aves, mamíferos, insectos y reptiles, a quienes les servirá incluso de alimento en algunos casos.
Además, colaborará con la reducción de la temperatura del suelo y el aire.
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