Rosario Murillo es la que manda en Nicaragua y en su casa. La esposa del presidente Daniel Ortega ha tomado un rol protagónico en los últimos años en el gobierno y dentro de la familia controla la vida de sus hijos.
Fuera de Nicaragua poco se sabe o se dice de los nueve hijos de Daniel Ortega y Rosario Murillo, pero en el país pinolero no pasan inadvertidos, pues viven entre lujos y sus papás se han encargado de darles poder poco a poco, eso sí, ellos no mueven un dedo sin autorización de sus tatas, en especial, de Chayo.
Esta semana salió a relucir el nombre de Camila Antonia Ortega Murillo, tal vez la hija más consentida de la pareja, ya que fue puesta en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro de los Estados Unidos.
Camila fue sancionada por el Gobierno de Joe Biden, junto a otros tres funcionarios, por su respaldo “al régimen de Ortega, un régimen que ha socavado la democracia, abusado de los derechos humanos de la población civil, promulgado leyes represivas con graves consecuencias económicas e intentado silenciar a los medios informativos independientes, según explicó el Departamento del Tesoro en un comunicado.
Cuatro líderes opositores aspirantes a las elecciones presidenciales de noviembre en Nicaragua, para las que Ortega podría postularse para un cuarto mandato, fueron detenidos en los últimos días, además de tres empresarios.
Washington dijo el martes que los arrestos confirman que el mandatario es un “dictador”, y pidió a la comunidad internacional que lo trate como tal.
Pero, ¿quiénes son los hijos de la pareja dictadora de Nicaragua? ¿qué rol tienen en la dictadura? ¿Serán los herederos del poder?
Daniel Ortega y Rosario Murillo conformaron una familia numerosa. Tienen nueve hijos, los tres mayores, Zoilamérica (1967), Rafael Antonio (1968) y Carlos Enrique (1977), son solo de Rosario, pero Daniel los adoptó.
La pareja tuvo seis hijos, Daniel Edmundo (1980), Juan Carlos (1981), Laureano Facundo (1982), Maurice Facundo (1985), Camila Antonia (1987) y Luciana Catarina (1989).
La mayor del clan, Zoilamérica, es la única que vive alejada de la protección de la poderosa pareja.
Zoilamérica, quien vive en Costa Rica y es socióloga, acusó a Daniel Ortega de haberla violado desde los nueve años y los 13 siguientes.
Rafael es el otro hijo que no vive bajo el control de los papás, pero se podría decir que es el más fiel a Daniel Ortega.
Según una nota publicada por El País de España, Payo, como es conocido Rafael, sirve lealmente a su padre desde los años 90.
En aquella época se encargaba de repartir dinero entre los que montaban las protestas contra el Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro. Tras la llegada al poder de Ortega en 2006, él se convirtió en el negociante de la familia: ha estado a cargo de la compra de hoteles, fincas, ganado y ha fungido como asesor presidencial en varios países.
Payo también forma parte de la lista negra de Estados Unidos, pero pese a esto, todavía está al frente de la distribución de petróleo en Nicaragua y es la mano derecha de Ortega en los negocios.
Encerrados y controlados
Los siete hijos restantes viven en El Carmen, una especie de condominio lujoso en el que también reside la pareja dictadora y además sirve de despacho presidencial y de sede de la Secretaría Nacional del Frente Sandinista y que está rodeado de mucha seguridad.
“Los ocho hermanos Ortega Murillo que viven en Nicaragua tienen rango de asesores presidenciales, controlan el negocio de la distribución del petróleo y dirigen la mayoría de los canales de televisión en el país y compañías de publicidad que son beneficiadas con contratos estatales. Solo entre 2018 y 2019, el emporio mediático y publicitario de los hermanos percibió 936.000 dólares por contratos oficiales, de acuerdo con un reportaje publicado por la plataforma Connectas”, publicó El País en una nota en abril.
Según la nota de El País, a pesar de ser millonarios y vivir rodeados de lujos no pueden comprar ni un boleto de avión sin autorización de su mamá.
“Cuando se dice que son millonarios, sí son, pero son usados. No es que mañana Juan Carlos pueda irse con Xiomara (su esposa) a vivir a Miami o a Suecia… No, absolutamente no. Tienen una cárcel de oro. Son cautivos. Son parte de un imperio en el cual no tienen voz ni voto”, aseguró a El País una fuente cercana a la familia.
Llenos de caprichos
A Laureano le gusta la ópera, a Juan Carlos el rock y el cine y a Camila la moda y sus tatas hacen todo lo posible por cumplir sus caprichos, sin importar que sean pagados con plata del Estado.
La pandemia frenó un poco los gastos excesivos de los hijos del dictador, pero no porque estén guardando platica por la ruda situación, sino porque se encerraron en El Carmen para evitar contagiarse, pero poco a poco empiezan a retomar su vida.
Antes de que llegara el covid gastaban a placer.
“Laureano es la estrella indiscutible de los festivales que organiza la Fundación Incanto. Todo el estado se dispone para que brille el hijo de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Se le considera el heredero. Oficialmente es ‘asesor presidencial’ y tiene gustos caros: usa relojes Rolex de 40 mil dólares y en el extranjero se le ha visto manejando vehículos de más de cien mil dólares”, relata una nota publicada por Infobae en noviembre del 2019.
Para que Camila cumpliera su sueño de ser modelo, se inventaron hace 10 años el festival de moda Nicaragua Diseña, el cual es dirigido por la hija de los dictadores y en el que también modela.
No habría bronca si estos caprichos no fueran pagados con dinero del pueblo nicaragüense.
Según la publicación de Infobae, una investigación del periódico digital Artículo 66, determinó que en los tres años posteriores a su fundación, Incanto recibió un total de 8,3 millones de córdobas (unos 250 mil dólares) del presupuesto público, destinados al pago de boletos aéreos, viáticos, salarios y alimentación y hospedaje de los maestros italianos invitados a los festivales que organiza.
Para peores las leyes nicaragüenses prohíben que el Estado haga donaciones a fundaciones privadas cuando existe ese grado de consanguinidad, claramente eso poco le importa a Daniel y Rosario.
Más reservados
Los otros hijos de la pareja que residen en El Carmen son Carlos Enrique, Daniel Edmundo, Maurice y Luciana. Aunque no son caras tan conocidas, tienen bajo su responsabilidad la dirección de los canales de televisión 13, 2 y 4.
“Maurice dirige Canal 13 con sus hermanas Camila y Luciana, y está a cargo de los despliegues audiovisuales en los actos públicos de sus padres. Nacido en 1985, el séptimo de los hijos de Ortega y Murillo está casado con la hija del primer comisionado Francisco Díaz, jefe de la Policía Nacional, una institución señalada por distintos organismos de ser la principal perpetradora de violaciones a los derechos humanos en Nicaragua desde 2018 hasta hoy”, explica la nota de El País.
Rosario Murillo tendría bien vigilada la relación de su hijo con su nuera para proteger ese puente con la policía.
Daniel Edmundo es el primogénito de los Ortega Murillo, también es más reservado y está a cargo de Canal 4, uno de los primeros canales del sandinismo.
Carlos Enrique, conocido como Tino se ocupa de la parte técnica de Canal 4 y de las transmisiones de las ligas locales de béisbol.
“Las fuentes señalan que es el más relegado de los hermanos porque no tiene una buena relación con su madre, Ortega siempre trata de mediar entre la ‘personalidad avasalladora’ de Murillo y Tino. La menor es Luciana, una muchacha nacida en 1989 que orbita alrededor de su hermana Camila”, detalla El País.