El ministro de Obras Públicas y Transportes (MOPT), Luis Amador explicó a los diputados de la Comisión Especial de Infraestructura cómo está la situación en esta materia.
“Tenemos alrededor de 3.227 kilómetros que necesitan entrar a reconstrucción. En las etapas de una carretera está la de sellar grietas, que es muy barato, unos $5.000 por kilómetro carril; luego la de fresado y carpeta que es quitarle un pedazo de la capa de arriba que está muy dañado y se lo pone nuevo, que vale como $50.000 y si debe hacer una reabilitación mayor y comerse toda la capa, compactar todo y volverla a poner vale $200.000 y si llego a reconstrucción estamos hablando del millón de dólares en Costa Rica, así que esos kilómetros multiplíquelos por un millón de dólares y tiene el presupuesto necesario para reconstruir todo, pero eso es imposible hacerlo en un año”, explicó Amador.
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Agregó que lo que han hecho fue declarar emergencia después de la tormenta Bonnie, de acuerdo a lo que se ha venido acumulando por los frentes climatológicos del año, para poder habilitar zonas y hacer contrataciones más expeditas.
“Se va a pedir a la Asamblea Legislativa la figura de ‘extrema urgencia’ que significa el daño inminente a las cosas o las lesiones a las personas porque cuando tengo una carretera que está en punto de reconstrucción y está llena de huecos, el comportamiento de los que manejan es aleatorio por esquivar el hueco, si caigo en él puedo quebrar los compensadores, la suspensión, piezas de mi carro, me puedo golpear a mí mismo o a uno de los pasajeros y estamos llegando a ese punto”, explicó el jerarca del MOPT.
Amador dijo también que en el país, en los últimos 20 años, hubo una pésima planificación de los proyectos a desarrollar y todo se complicó más en los últimos dos años de modo que tienen paralizadas las obras, lo que ha generado un enorme deterioro de la red vial.
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