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Así asusté a unos salvadoreños cuando les dije que en Costa Rica pagamos algo llamado marchamo

La Teja estuvo en El Salvador y no va a creer cuánto pagan allá de derecho de circulación

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Las presas en San Salvador son algo que no son jugando. Foto: Sergio Alvarado

Era un martes en hora pico en San Salvador, casi las seis de la tarde, con unas presas infernales que tiene esa ciudad por la zona rosa y otro puntos de altísimo tránsito por la capital salvadoreña.

Veníamos de fullear el tanque en una gasolinera que visitamos para llevarles la nota que publicamos el martes sobre el costo de los combustibles en ese país, como parte de las serie de notas por nuestra visita en el país más pequeño de Latinoamérica.

Me acompañaba don Róger Pineda, el amable y conocedor chófer que durante los tres días en esa nación nos llevó a cuanto lugar quisimos, un chavalazo de persona y un trabajador de producción de Grupo Megavisión, el canal de Televisión que nos invitó por allá.

Cuando íbamos de vuelta al hotel me llamó la atención el buen estado de las calles de la capital en términos generales, sin huecos, bien bacheadas y muchas de ellas de cemento, me indicaron que parte de lo que pagan como su derecho de circulación para en la reparación de calles.

Allí es donde se me salió una palabra desconocida para ellos y con la que se quedaron asustados cuando se las expliqué, una con la que nos vemos los ticos cada año: el marchamo.

Resulta que en El Salvador no existe nada parecido, lo que usted paga es su licencia de conducir y después, según me explicaban, es un derecho de circulación que es similar a lo que acá vendría siendo Dekra, la revisión del vehículo, le ponen un sticker y ya puede andar tranquilo.

El costo de eso es de unos $50 o $60 dólares al año, que serían entre ¢27 mil y ¢32 mil, el otro pago es el de la licencia. Cuando compra un carro tiene que pagar un impuesto, pero es una única vez.

Yo escuchaba eso y pensaba en lo dichosos que son de no tener que aguantarse el garrotazo del marchamo cada diciembre y fue donde les conté cómo era la cosa acá.

Me preguntaron que cuánto se pagaba por eso y nos les pude decir una cifra, porque a cada uno le tocaba pagar algo diferente, pero que menos de $300, es decir, más de teja sesenta mil colones no se salvaba nadie y había muchos que se iban con más de $1000 o $2000 de pago, es decir, más de medio melón o uno entero y que lo peor de todo no era eso, es que un montón de calles seguían tan malas como siempre.

Entre ellos se volvían a ver como diciendo, ‘¿qué le pasa a esta gente y cómo les alcanza para pagar eso?’. Yo los entendía perfectamente, para ellos esos montos son una fortuna si se toma en cuenta los salarios en El Salvador.

Un operario, empleado de una fábrica, comercio o hasta los trabajadores de la bomba a la que fuimos podrán ganar un salario mínimo de unos $365 (¢197 mil), por lo que los precios les suenan de locos.

Salarios bajitos

Un rótulo grande le da la bienvenida a los visitantes y locales en las afueras de el aeropuerto El Salvador. Foto: Sergio Alvarado

Es que en El Salvador, a pesar de estar dolarizados, la gran mayoría de personas, hasta muchos profesionales ganan sueldos que en Costa Rica parecieran muy bajitos, pero el costo de muchas cosas es menor, como también lo explicamos el miércoles en esta sección.

Una colega que, para no echarla al agua nos guardamos el nombre, nos contó que un bachiller periodista normal puede ganar unos $700 al mes (¢377 mil) y a los que pagan muy bien y son licenciados, hasta $1000, poco más de medio millón de colones.

¿Usted se imagina que, por ejemplo, un Ignacio Santos, o sea, una persona que aparece todos los días en la televisión gane $1.800 (unos ¢970 mil)? Acá jamás, pero en El Salvador eso es lo que gana un presentador de noticias, que se supone es figura pública y conocido por la población en general. Algunos podrán ganar un poquito más, como en todo lado hay privilegiados, pero no es la norma.

En el resto de las profesiones, la cosa anda similar, hasta en la milicia y el servicio público.

Pulseadores

El aeropuerto de El Salvador tiene a lo interno fotos del presidente Nayib Bukele y su esposa Gabriela Rodríguez. Foto: Sergio Alvarado.

Al final El Salvador es un país de gente muy amable, servicial, muy orgullosa de su tierra y como todos, que desea un mejor futuro y le quiere abrir sus brazos al mundo para demostrar que no son como muchos los señalan.

Ellos quieren gritarle al mundo que ahora en su país se respira paz y que los pueden visitar con confianza, aunque pudimos constatar también qué tuvieron que hacer para lograr eso, como lo publicamos este jueves.

Siempre hay momentos incómodos o al menos raros, el jueves, cuando estaba caminando hacia la sala de abordaje en el aeropuerto El Salvador para volver a Costa Rica, encontrarme por diversos lugares cuadros del presidente Nayib Bukele y su esposa Gabriela Rodríguez, me desconcertó un toque.

¿Acaso es el rey de su país?, para tener fotos suyas en el aeropuerto mientras es presidente... algo que rara vez se ve en otro lugar del mundo. ¿Qué haría usted si se topa algo así en Costa Rica? Creo que es un mensaje en el que le quiere mostrar al mundo quién manda en su país. Muy poco sutil.

Más allá de cualquier cosa, las gracias a una tierra linda que nos permitió estos días escribir de ella y mostrar que más allá de diferencias, como vecinos, tenemos muchas cosas que aún nos unen.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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