Mauricio Sandino Chavarría, vecino de Aserrí y de 40 años, realizó una especie de romería nacional para recoger las peticiones del pueblo y ponerlas a los pies de la Negrita.
Como por segundo año consecutivo la pandemia provocada por el covid-19 no permite la romería a la basílica de Nuestra Señora de Los Ángeles, en Cartago, Mauricio peregrinó por los ticos.
“Respetando todas las medidas dadas por el Ministerio de Salud, se realizó el proyecto de caminar por esas miles de personas, familias y comunidades, visitando las ocho diócesis de nuestro país recogiendo cada una de sus intenciones.
“Para eso radio Fides y San José TV, medios oficiales de la arquidiócesis de San José, nombraron un peregrino; El Peregrino Vida y Esperanza”. Así explica radio Fides la designación de Mauricio, quien es locutor y animador de la emisora.
En cada diócesis, Mauricio se encontró con el obispo y este como señal de fraternidad le llenó una vasija con agua, esa agua representa todas las peticiones de los ticos y fueron puestas en una sola vasija grande a los pies de la reina de los Ángeles.
Las vivencias de Mauricio, se recogieron en un video de unos cuarenta minutos que tiene se llama: “Peregrino Vida y Esperanza”, que a partir de este primero de agosto puede verse o escucharse en diferentes medios: radio Fides (93.1 FM), San José TV (canal 413 en Telecable y canal 550 en Cablesantos), así como el Facebook “Radio Fides” y en YouTube, “Radio FIDES”.
Conversamos con el aserriceño para que nos contara cómo vivió ese especial peregrinaje lleno de amor y esperanza que hizo por todo el país.
“Dios puso en el corazón de la producción de radio Fides esta linda iniciativa. Está fundamentada en La Biblia, en el primer milagro que hizo Jesús en las bodas de Caná en el cual su mamá, la virgen María, fue cómplice porque intercedió para que él realizara ese primer milagro, ella se lo pidió con amor.
“Cuando se decidió que yo fuera el peregrino me ilusioné y me emocioné, pero le voy a ser sincero, no lo vi como algo profundo, al inicio lo vi como una labor más que tenía que hacer para la radio, conforme fui a cada diócesis todo cambió, se volvió una experiencia de vida muy profunda”, explica Mauricio.
El aserriceño asegura que con cada obispo vivió experiencias diferentes, ya que cada zona del país tiene distintas necesidades; sin embargo, hubo algunas peticiones que sí tenían las ocho diócesis: el fin de la pandemia, que la virgencita ayudara a reparar trabajito, a pagar deudas económicas y a tener salud.
“El momento en que los obispos decían sus peticiones lo hacían con tanto amor que en verdad uno termina llorando, no puedo negar que esta experiencia, repito, que al inicio pensé que era algo sencillito, marcó mi vida. Hay un Mauricio antes y otro después.
“El pasado miércoles (28 de julio), fue cuando en la basílica de Cartago entregamos las nueve vasijitas, eran nueve porque la diócesis de San José al ser tan grande aportó dos vasijas, una adicional por las peticiones de Heredia. Ahí sí fue muy profundo para mí, ya estar a los pies de la virgencita y saber que cientos de miles de ticos pusieron su fe en lo que yo llevaba, es un momento que jamás olvidaré”, recordó.
Tampoco olvidará que cuando estaba en la catedral de Alajuela grabando el momento de llenar la vasijita con el agua, entró un joven quien esperó a que se terminara la grabación y le preguntó sobre lo que estaban haciendo y al enterarse le pidió a Mauricio que por favor le dijera a la Negrita que le ayudara a conseguir trabajito, que llevaba meses sin ganarse un cinco y le urgía.
“Pida por mí”, le dijo el muchacho al aserriceño.
“Momentos como esos tuve varios y eso me hizo entender la gran responsabilidad que tenía sobre mis hombros. Gracias a Dios tenemos un país lleno de gente de fe, por eso fueron muchas las peticiones y por eso sentí tan fuerte en el corazón esta experiencia.
“Ya en Cartago pude tener mi momento a solas con La Negrita y le entregué, con mi corazón abierto, las peticiones, yo sabía que estaba el símbolo de las vasijas, pero yo quería cumplirle totalmente a toda esa gente que directamente me hizo sus peticiones. Cuando terminé de rezar, en ese momento a solas, sentí una paz, una gran alegría, yo sé que ella escuchó todo y por eso me llené de felicidad”, asegura.