Para evitar que los agarre el tren como el año pasado, un matrimonio de Palmares comenzó desde julio pasado a sacar los encargos de cascanueces que tienen desde principio de año.
“Para nosotros, ¡ya comenzó la Navidad!”, nos asegura la esposa.
Doña Lorena Vásquez Pacheco y su esposo José Antonio Alfaro Cordero viven en Rincón de Zaragoza en Palmares y ya tienen una fama muy bien ganada, de ser de los mejores en el país haciendo cascanueces, por eso, gracias a Dios como dicen, tienen una lista de pedidos bien cachetona, aunque todavía hay campito, si usted se anima.
Van haciendo la lista de pedidos incluso desde principio de año y comenzaban siempre a finales de agosto, pero el año pasado tuvieron que correr demasiado y hasta que decirle que no a varios clientes de tanto que los llamaron, por eso este 2023 arrancaron la época navideña desde inicios de julio y así poder salir con todo el trabajito.
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Es un emprendimiento familiar, se llama JyL Creaciones. Nació en el 2020, en medio de la pandemia, porque don José Antonio, como trabaja en ebanistería, se quedó varado con el trabajo porque el país se detuvo completamente por culpa del covid-19.
Como se los hemos dejado claro con muchas notas publicadas, en medio de la crisis es cuando salen algunas de las mejores ideas y este caso es así. Doña Lorena comenzó a desesperarse porque se acaba la platica y las cuentas no se detienen nunca.
En plena pandemia
Ella siempre ha sido muy buena para las manualidades y, como tenía un poco de cositas navideñas guardadas, pues se le iluminó una buena idea, hacer adornos navideños. Casi de inmediato llegó la idea de fabricar cascanueces.
“Mi esposo siempre me ha apoyado en las ideas que se me ocurren. Estábamos en media pandemia y ocupábamos generar dinero, por eso le propuse que hiciéramos los cascanueces y él me dijo que sí.
“Él consigue los cilindros de cartón fuerte, los corta, les hace los huecos con taladro y toda la estructura que se necesita. Una vez que ya tiene toda lista esa estructura, me los pasa para pintarlos y decorarlos”, comenta doña Lorena.
Para estos días de mediados de agosto ya comenzaron a salir algunos pedidos, los primeros del año y al matrimonio palmareño le alegra que los clientes quedaron supersatisfechos con el trabajo que hicieron.
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Dedicarse a los cascanueces es lo que les permite a los esposos lograrse un aguinaldito a final de año. Hacen de esos adornos navideños de 75 centímetros, de metro y medio y hasta de 1,70 metros de alto.
Gran amor
“De los que más nos piden es el de metro y medio de alto. Es un tamaño muy bonito, ni tan pequeño ni tan grandote”, dice la empuchada mujer.
Goza doña Lorena porque cuando hace los grandes se da cuenta que está adornando cascanueces que son más grandes que ella.
“Nosotros le ponemos mucho amor a cada uno de los cascanueces que hacemos. Nos gusta detallarlos muy bien porque sabemos que es para familias que aman la Navidad y la disfrutan mucho.
“Lo bonito de este emprendimiento que tenemos es que los clientes no solo se llevan nuestras creaciones, sino que hasta nos mandan fotos cuando ya los tienen acomodados en sus casas o negocios, eso habla bien de lo que hacemos”, asegura la palmareña.
“Cuando comenzamos la época navideña yo cierro el taller de ebanistería para abrir el taller de cascanueces, a eso me dedico al 100%, es que solo así se puede salir con los pedidos. Nos gusta mucho hacerlos porque, primero, nos ayuda demasiado para el agüinado y, segundo, pasamos ocupados durante el día.
“Recuerdo que mi esposa en el 2020, para diciembre, comenzó con mucho miedo, hicimos el primero de 75 centímetros y se publicó en redes sociales con toda la ilusión de que se vendiera ese, pues aquel primero sirvió para consolidar este otro negocito que tenemos”, explica don José Antonio.
Gran trabajada
En cada cascanueces de metro y medio de alto, el matrimonio palmareño dura unas 12 horas, desde que se inicia con las estructura hasta que doña Lorena lo deja bien pintado y chaneado. Son desarmables para que las familias los puedan guardar durante el año y no ocupen demasiado espacio. Casi todos los materiales usados son reciclados.
Si usted quiere un cascanueces para su casa, llame a los teléfonos 7081-5876 y 6078-5483. Estos esposos aceptan SINPE Móvil. Usted puede coordinar con doña Lorena los colores, eso es gusto del cliente. El de 75 centímetros vale 28 mil colones y el de 1,50 metros vale 45 mil colones y el de 1,70 metros vale 75 mil colones. Si se tiene que enviar, el precio sube un poquito por el pago del envío.
Calculan los esposos que hacen más de 100 por año, de diferentes tamaños. Les han comprado gente de Osa, Liberia, Pérez Zeledón, San Carlos, Cartago, Heredia, San José, Naranjo, Sarchí y Grecia.
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“Los cascanueces gustan muchísimo, tuvimos el caso de unos esposos que como tienen cuatro hijos nos compraron uno para cada hijo y todos de metro y medio de alto. También tenemos de 1,70 metros de alto, esos son los más grandes que hacemos”, dice doña Lorena.