Está científicamente comprobado que con la entrada del invierno llega un invitado no deseado a nuestras casas y fincas, el estrés en los animales domésticos y de granja.
La Escuela de Veterinaria de la Universidad Nacional advierte que con la llegada de la época lluviosa se dan las tormentas eléctricas que son las responsables de causar fuertes cuadros de estrés, además de infecciones en la piel y enfermedades parasitarias entre las mascotas y animales de granja.
Rafael Ángel Vindas, veterinario del Hospital de Equinos y Especies Mayores de la Universidad Nacional (UNA), asegura que los dueños de mascotas o animales grandes como caballos y vacas, deben buscar un lugar seguro en el que tengan alimentación, agua y algunos medicamentos veterinarios de primera necesidad para atender lesiones menores como curaciones en la piel.
“Durante las lluvias, las mascotas y animales de granja podrían presentar enfermedades parasitarias producidas por parásitos internos o externos como, garrapatas, moscas o larvas del gusano barrenador”, destacó Vindas.
Pobres peluditos
Muchos perros le tienen fobia a las tormentas, por lo que pueden dejar de comer y desobedecer las órdenes, dado el bloqueo que sienten por causa del miedo, salivar y jadear de forma excesiva.
LEA MÁS: Palpita la esperanza para niña quien urge de una operación en su corazoncito
También, temblar, hacer sus necesidades sin control en el interior del hogar, sufrir reacciones compulsivas que manifiestan con el destrozo de objetos y hasta sentir la necesidad de escapar.
Se recomienda valorar el tiempo que la mascota lleva sufriendo este miedo y si es permanente, estacional o impredecible, entre otros factores determinantes.
Realizar cambios en la rutina del perro como por ejemplo cerrar las cortinas y dejar las luces encendidas; crear un refugio seguro, como colocar una caja en una habitación pequeña.
Utilizar lo que llaman “ruido blanco”, es decir, aumentar el volumen de un aparato, como puede ser la televisión o una radio, para ocultar el sonido de la tormenta; y fomentar el ejercicio físico del animal, ya que aumentan sus niveles de serotonina que, a su vez, actúan como un sedante.