Muchos papás tienen que tomar la decisión en estos días de definir si sus hijos recibirán educación privada o pública.
Es por eso que Ennio Rodríguez, actual presidente de la junta directiva del Colegio de Profesionales en Economía, nos aclaró varias preguntas sobre la importante decisión que tomarán muchos padres.
Lo primero que nos dice sobre esa gran duda es que: “Es es una decisión que en gran medida depende de dos factores: la capacidad económica del hogar y la oferta educativa existente.
“Cada vez más, los hogares costarricenses con capacidad económica para hacerlo, envían a sus hijos a centros educativos privados, particularmente para lograr una mejor enseñanza del inglés, dado que en la educación pública, los colegios experimentales bilingües y los científicos, que son los que han demostrado mayor calidad educativa (inclusive superior a la de colegios privados), tienen una oferta limitada. Esto obliga a que, si los estudiantes no ingresan a estos colegios, sus padres quieran optar por centros educativos privados.
–¿Cómo lograr una buena decisión para la educación de los hijos?
No podemos perder de vista que, si el futuro de nuestros hijos es una prioridad, la inversión en su educación es clave. De no existir un centro educativo público que cumpla con los estándares de calidad deseados o que no se tenga acceso a ellos, hay que valorar satisfacer esta necesidad con un centro educativo privado.
En este caso, es clave hacer un análisis de la relación precio-calidad de los centros educativos privados, ya que debe tenerse presente que estudios realizados muestran diferencias muy significativas en precios que no necesariamente se corresponden con diferencias en calidad educativa.
Ahora bien, la decisión de enviar los hijos a la educación privada también debe depender de una adecuada valoración de la capacidad económica del hogar para hacer frente a estos costos.
–¿Se deben embarcar con instituciones de educación carísimas?
Es una decisión que debe tomar cada hogar de acuerdo con su capacidad económica. Lo que sí se debe resaltar es la importancia del análisis precio-calidad y considerar que adicional a los gastos de matrícula y mensualidad, hay otros gastos en materiales, alimentación, transporte y socialización del estudiante.
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–¿Cuánto porcentaje del salario puede destinarse a la educación de los hijos sin afectar el presupuesto?
Esta pregunta no tiene una respuesta única. Entre otras cosas, depende de si el hogar tiene otros compromisos presupuestarios (tales como créditos bancarios, pago de alquiler de vivienda, etc.) y la estabilidad en los ingresos y condición laboral de los padres.
También, hay que considerar que el gasto educativo está sujeto a la inflación, por lo que se debe procurar que los ingresos futuros sean suficientes para cubrir los costos incrementales en educación.
–¿Qué deberían tomar en cuenta los papás, económicamente hablando, a la hora de decidir la educación privada de sus hijos?
Es importante considerar que la educación es una inversión cuyos beneficios se materializan en el largo plazo. Por ejemplo, en el caso de Costa Rica, invertir en educación primaria y secundaria acarrea consigo el incremento en la probabilidad de que los estudiantes ingresen a universidades públicas, las cuales pueden tener mejores estándares de calidad educativa y un costo significativamente menor al compararse con las universidades privadas.
También, se ha demostrado que los estudiantes con mejor formación en ciclos básicos tienen mayor probabilidad de obtener becas en el exterior y hasta podría repercutir en que las redes que formen en esta etapa educativa les abran puertas a mejores trabajos. No obstante, la educación privada en el corto plazo representa un gasto significativo para el presupuesto familiar.