Cincy Rojas Araya, amante de las motos, siempre le dijo a la mamá que jamás se casaría, pero le llegó él, Alejandro Rojas Alfaro, otro amante de las bichas y la especie de química que se generó entre ellos, con olor a gasolina, hizo el resto: se enamoraron, se comprometieron y se casaron bajo el sol del final de la tarde de Puntarenas.
Ellos dos forman la pareja de ahora esposos que el pasado sábado 25 de febrero, a las 4 de la tarde, se dio el “sí, acepto”, entre sus familiares, padrinos y miles de motociclistas de todo el país y otros lugares de Centroamérica y México.
Este nuevo matrimonio aprovechó la edición 29 de la Convención Internacional de Motociclismo para casarse.
No lo habían planeado así, pero la pasión por las motos se impuso y los novios decidieron que el evento, en la Perla del Pacífico, era el mejor lugar.
Es un amor a pura motocicleta. Cada uno tiene su máquina, ella una AKT 150 y él una Katana 200.
Con esas motos han rodado por todo el país y sobre ellas fue que se enamoraron, el 29 de diciembre del 2021 en una rodada (paseo) a Jacó.
“No fue amor a primera vista. Nos conocimos por medio de Facebook por el grupo de motos en el que estamos, que es el mismo. En aquella rodada a Jacó fue la primera vez que nos vimos y, la verdad, hubo demasiada química, porque los dos amamos las motos.
“Después de aquel viaje siguió el contacto, comenzamos a salir y el 18 de febrero del año pasado, fue cuando nos hicimos novios. Ese día era el cumpleaños de él y se hizo una rodada a Puerto Viejo, en Limón y fue en ese viaje que arrancó el noviazgo. Cada cual fue en su moto”, explica Cincy, la esposa.
A finales de octubre del año pasado, él la recibió, a la llegada del trabajo, con la tremenda sorpresa, en medio de una romántica cena. La propuesta matrimonial terminó con el “sí” de ella inmediatamente.
“Al principio la boda no iba a ser pública, pensamos en algo muy pequeñito, entre familiares muy cercanos y el abogado, nada más, sin embargo, el grupo de motos en el que estamos nos comenzó a motivar para que aprovecháramos la convención de motos para la boda. Al inicio fue solo un decir, después el asunto cogió fuerza.
“Cuando ya la idea de la boda fue bien en serio, hablamos con la organización y cuando recibimos la autorización comenzamos a correr con los detalles para que todo estuviera listo. Fue una tremenda carrera, pero se logró”, asegura Cincy.
Ambientazo
Con tremenda alegría, don Alejandro recordó que la boda se dio en un ambiente que los dos aman: las motos y ante sus amigos motociclistas, algo que les ilusionó, además de estar con familiares y amigos.
El grupo de motos al que pertenecen se llama Compañeros y la gran mayoría de integrantes estaba en el “casorio”.
Doña Patricia Corrales, la esposa del presidente del grupo Compañeros, don Eduardo Murillo, como además de motociclista es costurera, hizo los vestidos de los novios.
Cincy nos contó cómo estuvo la boda.
“Me siento muy feliz porque fue una boda perfecta. Le cuento que siempre le dije a mi mamá que jamás me iba a casar, nunca pensé que eso fuera para mí, pero me llegó el amor sobre dos ruedas y no me pude resistir”, reconoció la esposa.
Dentro de la preparación, los esposos alquilaron una casa frente al mar de Puntarenas y ahí fue la recepción tras el matrimonio.
Fue el único rato que Alejandro y Cincy se despegaron de la Convención, porque después de la pequeña celebración siguieron disfrutando de las actividades moteras que se realizaron.
“Los dos somos muy iguales, nos gusta disfrutar de la misma manera: motos, música y baile. Juntos nos divertimos mucho y aprovechamos el tiempo a más no poder. Ambos somos todo terreno y preferimos disfrutar el tiempo, por eso entre motos y nuestro amor nos casamos”, explica don Alejandro.
Llenazo
La Convención se vivió en el Paseo de los Turistas de Puntarenas, entre el 24 y el 26 de febrero.
Participaron cientos de clubes de motociclistas de todo tipo y cilindrada, así como motociclistas independientes, muchos llegaron desde viernes, pero también se reportó la llegada masiva de participantes durante el sábado y la mañana del domingo.
Estuvieron presentes motociclistas de Sudamérica, Centroamérica, Estados Unidos e incluso islas del Caribe, dándole a esta edición muchísimo colorido en un ambiente seguro y sano.
La convención tiene como lema “Por la unión del motociclismo” y justamente las actividades realizadas promovieron ese lema, incorporando temáticas como una conducción segura, seguridad vial, consejos de mecánica y actividades sociales donde todos compartieron sin importar el tipo de motocicleta.
El evento fue un gran éxito, según la organización, y llevó grandes beneficios económicos a la provincia de Puntarenas, ya que miles de personas utilizaron diferentes servicios como hospedajes, gasolineras, restaurantes, farmacias, y además muchos grupos comunales estuvieron involucrados en la recolección de basura, venta de bebidas y muchos más.