Antes, la única manera de consumir el cuerpo de Cristo era yendo a la iglesia, sin embargo, con este mundo tan globalizado ahora es posible que le llegue a la puerta de la casa.
Esto gracias a que Amazon vende las hostias en su página de Internet. Eso sí, no son consagradas porque no han sido bendecidas por ningún sacerdote.
Basta con digitar www.amazon.com y poner la palabra hostias en el buscador y ahí encontrará distintos tipos, unas más baratas y sencillas y otras más cariñosas, pero que son una belleza por los detalles que traen.
Por ejemplo, ahí encontramos cajas con 50 unidades que van desde los $8.53 (unos cinco mil colones) hasta otras de 100 unidades que cuestan $25 (unos 15 mil colones).
Un precio bastante alto tomando en cuenta que a eso habría que sumarle impuestos y el costo del traslado, pero, a la vez, podría ser la salvada de tanda para algún tipo de capillita que no tenga la posibilidad ni el tiempo de estarlas haciendo.
Además, encontramos hostias de distintos tamaños, como las del pueblo, que son las que se comen los fieles católicos que comulgan en cada misa y también las grandotas que son las que usan los sacerdotes en las ceremonias.
¿Pa qué tan lejos?
Aunque la tecnología aporta la comodidad de recibirlas en la choza, Las Hermanas Contemplativas del Buen Pastor en Goicoechea le ofrecen algo mejor y es el precio.
Estas empunchadas monjas hacen hostias artesanales para algunas iglesias de San José, Quepos y Puntarenas y cada bolsita, con mil hostias, cuesta unos cinco rojitos.
La hermana Olivia Morales cuenta que tienen 20 años de dedicarse a eso y que, además de ella, en eso trabajan Rocío Rojas, Reina Mena, Clara Luz Rojas (voluntaria) y Benita Guardado, todas católicas y todas llenas de una gran fe a la hora de hacer su trabajito.
"Sabemos muy bien que estamos haciendo lo que será el cuerpo de Cristo y esa responsabilidad es demasiado grande”, dijo doña Rocío Rojas.
Eso sí, que sea bonito no quiere decir que no sea matado, sobre todo cuando llega Semana Santa, una época donde hay mayor demanda de hostias.
Durante esos días les toca trabajar el doble, por eso cuando las visitamos, a una semana de que iniciara la Semana Mayor, las encontramos breteando duro y parejo para sacar los pedidos.
¿Cómo se hacen?
La receta no tiene gran complicación. Se usa harina de trigo y agua, nada más, sin embargo, la hermana Patricia Rojas asegura que la receta tiene otros ingredientes más importantes como “amor, pasión y devoción”, porque cada mañana las que trabajan entregan toda su labor a Dios.
Luego de mezclar la harina con el agua, se estira en una prensa especial que saca unos cuadritos de unos 40 centímetros de ancho por 40 de alto.
Esos cuadros se ponen en un calentador que los deja bien calientes y crujientes.
El otro paso es ponerlos en hornos especiales que le devuelven la humedad para que a la hora de meterlos en las máquinas que cortan las hostias, del tamaño que las conocemos, no se quiebren.
Una vez cortadas se separan entre las que están perfectas y las que tienen alguna parte quebrada. Las buenas se empacan de una vez para las iglesias.
“Hay iglesias que nos piden hostias por mes, otras cada dos meses o cada tres meses. Una iglesia para dos meses nos puede pedir unas 50 mil. Nos compran en San José, Quepos y Puntarenas. Con estas ventas es como nosotras (las Hermanas Contemplativas) nos mantenemos.
“Cada paquete tiene como mil hostias aproximadamente, hablo de las hostias para el pueblo, porque también hacemos de diferentes tamaños para los sacerdotes y para el santísimo. Trabajamos de lunes a viernes desde las cuatro de la mañana y hasta por ahí de las cuatro de la tarde", explica la hermana Patricia.
La mejor forma de explicar lo que hacen nos la dio Reina, quien viaja a Goicoechea todos los días desde Tabarcia de Mora.
“Haciendo hostias se nos olvidan todos nuestros problemas y enriquecemos el alma y el corazón… no ve que nosotros trabajamos para Cristo”, aseguró muy alegre.